Funeral Anthem for Queen Caroline

Acadèmia 1830. Director: Fernando Marina. Obra de: Vivaldi y Haendel. Vestuario: Josep Miquel Reig. Lugar: Església de Sant Gaietà de Palma. Día del recital: 11/11/2012.

El día empezó con esa nota de color que dos veces al año nos ofrece la catedral cuando el rosetón de levante se proyecta bajo el del oeste, y terminó con esas otras notas, esta vez sonoras, que Haendel escribió para el funeral de la reina Carolina. Si hemos comentado, no hace más que unos días, que existen obras musicales que podemos escuchar sin cansancio siempre que provengan de una interpretación que aporte algo nuevo, también es necesario reconocer que son necesarios proyectos musicales en los que se programen obras no de repertorio, desconocidas y poco o nada escuchadas entre nosotros. Es el caso del concierto que comentamos, el que ofreció la Acadèmia 1830 dirigida por Fernando Marina.

La primera parte y con Guillermo Femenías como solista, giró alrededor de un atípico (pero conocido a través de diferentes ediciones fonográficas) concierto para mandolina y cuerdas de Vivaldi, con un segundo movimiento sublime. Tanto el solista como las cuerdas, ofrecieron una versión más que interesante, aunque poco barroca. De hecho toda la primera parte, compuesta además por una sinfonía del compositor italiano y un concerto grosso del Haendel pecó de poco purista. Aunque sí coherente. Fue en la segunda parte cuando, ya con su coro de cámara, la Acadèmia 1830 nos dio una lección de profundidad y sentimiento a través de ese Anthem que Haendel escribió en 1737.

"Los caminos hacia el duelo son amargos" cantan las voces después de la introducción instrumental; y ese texto que puede dar una idea de la espiritualidad que llena la obra. Y esa espiritualidad se transmitió en todo momento a través de una versión estudiada de esa desconocida, pero bella, obra haendeliana. Un coro de quince voces muy afinadas, atentas, con un control total del sonido, cerraron, con la orquesta, un nuevo concierto didáctico de esa formación nuestra, Acadèmia 1830, que merece ser seguida.