Curioso, un cineasta francés adaptando una obra de teatro española. El original de Juan Mayorga se titula el chico de la última fila. El argumento es original: un estudiante de bachillerato, para cumplir con los deberes del profesor de literatura recrea, en una sucesión de redacciones, la obsesión enfermiza con la familia y la vivienda de su mejor amigo. Y provoca que el profesor se obsesione con el talento literario del chico poniendo en juego su empleo.

Al libreto no le falta ambición. Toca, y no de forma superficial, el apalancamiento de la clase media, las carencias del sistema educativo y el voyeurismo hacia nuestros seres iguales. Logra una extraña fusión de comedia, suspense y metaliteratura con briznas de realismo mágico; solapándolas en unos momentos, diluyéndolas o fusionándolas en otros. Produce, y eso es dificilísimo, atracción, desasosiego y sorpresa a partes iguales. En su crítica al ombliguismo de la burguesía Ozon/Mayorga entran en terreno, y salen vivos, de Buñuel o Yasmina Reza. Pero al mismo tiempo caen en el egocentrismo al dar una lección magistral de creación literaria bastante básica. Y la fusión de géneros de tramas, de tonos, pasa en el tercer acto, sin poder evitarlo, del asombro al ´vale todo´. En la dirección, Ozon se permite algunas florituras al principio y después deja paso a una agradecida sobriedad. La música arranca con riffs de piano a lo Philip Glass, relevados por jazz y música romántica demasiado redundantes. En los actores hay buena química entre Luchini y Scott-Thomas; convencimiento en Umhauer y exceso de hieratismo en Seigner. Película desasosegante, divertida, crítica, diferente.

En la casa

****

Nacionalidad: Francia, 105 min.

Director: François Ozon

Actores: Fabrice Luchini, Kristin Scott-Thomas, Ernst Umhauer, Emanuelle Seigner

Cines: Augusta