Si el año pasado la feria gastronómica por excelencia en la isla capeaba la crisis con tal sólo seis establecimientos menos que en 2010, este año la oferta se reduce considerablemente: 35 restaurantes frente a los 53 locales que se unieron a la recorrido del tapeo palmesano en 2011. Aun así, se mantienen las cuatro rutas de siempre, apostando por la "publicidad" que otorga la iniciativa, que se celebrará en Ciutat desde ayer y hasta el 3 de noviembre.

"Supongo que tiene que ver un poco por la crisis, porque los que participan tienen que pagar una cuota y porque no le ven la rentabilidad", reconoce Pilar Carbonell, presidenta de la Asociación Empresarial de Restauración de Mallorca de la CAEB, pioneros en esta propuesta que cumple ahora ocho años. Sin embargo, invitó a los empresarios a "conocer el evento y a creer en él", pues al fin y al cabo se trata de "mostrar tu local", aseguró ayer en el arranque de la feria, que tuvo lugar en el Casal Solleric con una presentación y degustación de los pinchos ofertados.

Este año la crisis también ha afectado a los planos. No estarán ni en inglés ni en alemán, aunque desde la organización esperan que la coincidiencia con "Halloween" motive a la gente a disfrutar de una u otra cosa, "o de ambas", afirmaban.

Así las cosas, cada uno de los 35 locales participantes someterá a la votación del público dos pinchos para participar en un concurso, en el que se tendrá en cuenta la presentación, originalidad y el sabor de las tapas, que tienen un precio consensuado de dos euros (bebida a 1,20 euros). Y como recompensa, aquellos que lo hagan entrarán en un sorteo público de una estancia en un hotel de la isla para dos personas.

En cuanto a las tapas, los establecimientos se han esmerado tanto en sus composiciones como en los divertidos nombres que han utilizado para bautizar a sus criaturas: ahora "comerse al gobierno" en el restaurante Sa Casa equivale a degustar un champiñón con sobrasada, cuatro quesos, masa de filo con una base de hoja de arroz, frutas del bosque y acompañado de un picadillo de ajo y perejij, salsa de tomate y otra de pimientos.

Y la" vuelta al cole" es también otra novedad: una caja de lápices comestible se pude encontrar en la Tasca de Blanquerna.