Seré claro. No se habla de otra cosa, y es de lo bien que se lo pasó Doña Letizia el pasado fin de semana en Palma. Sorprendente fin de semana, habría que decir, por estar fuera de programa, y por demostrar que a veces lo fácil, o sea, tenerlos aquí divirtiéndose, lo es si a la pareja real les da la gana. El motivo de su estancia en Palma ya lo conocen, asistir el viernes por la noche al concierto del amigo de Don Felipe, Jaume Anglada, donde se reunió buena parte de la sociedad mallorquina sorprendida con la presencia real y encantada con la capacidad de conexión del cantante-compositor y regatista mallorquín, que no defraudo, es más, entusiasmó a alguno de sus seguidores más desconocidos.

Tras el concierto, la fiesta siguió en Io Music Club, en el polígono de Son Valentí, que es un lugar así como muy cómodo para aparcar, donde no se molesta a los vecinos porque no los hay. Solo naves y oficinas industriales. Todo como muy glamuroso. Más cuando sabemos que la princesa se lo pasó en grande, pidiendo canciones al pinchadiscos, saboreando refrescantes gin tonics, bailando hasta las cuatro y media de la madrugada. Hay quien dice, no lo he podido confirmar, que el príncipe pidió retirarse a eso de la una y media pero que la respuesta de su esposa fue tajante y negativa, había ganas de pasarlo bien y debían ser aprovechadas. La fiesta continuó al día siguiente con un almuerzo en la casa de los Anglada al que los príncipes acudieron acompañados de sus dos hijas, las infantas Leonor y Sofía, muy educadas, tanto que antes de comer una chuche piden siempre permiso a papa o a mama. En ese almuerzo, cada invitada, la mayoría esposa o novia de regatista, debía acudir con un plato. La princesa reconoció a sus amigas mallorquinas que ha disfrutado mucho de sus vacaciones veraniegas en una casa alquilada en el Ampurdán catalán, porque Son Vent en verano es imposible, no se relaja. Así que vayámonos despidiéndonos de tenerles aquí cada verano como era tradición. Era la anterior familia real española, porque la del futuro, si la hay, será muy distinta. En cuanto cojan cetro y corona... pies para que os quiero. En fin, que por la noche, la del sábado, hubo cena también con los Anglada y amigos en un restaurante de La Lonja, muchas risas y buen ambiente.

La pareja real y sus dos hijas abandonaron Mallorca el domingo a las tres de la tarde. ¡Cuánta normalidad! Lo sorprendente es que traerles para algo que no sea privado cuesta una barbaridad. No sigo? Porque de repente, algo está pasando en Palma, que pongo un pie en la calle y allá que está la noticia. Lástima que en multitud de ocasiones la discreción obliga a un silencio de exclusiva. En una de esas me encontré con Mietta Leoni, más feliz que una perdiz, con una sonrisa de oreja a oreja, y yo con mi Hola bajo el brazo donde en portada se anunciaba la separación, de hecho, de su hija, mi querida Fiona Ferrer de Jaime Polanco. Me abstuve de preguntar pero algo me contó. Callo para no meterme en líos matrimoniales, que son pesadísimos y para dejar que la historia siga su curso en las páginas de las revistas del colorín.

Y voy a lo de aquí, a lo nuestro, que en multitud de ocasiones es mucho más glamuroso que lo que vemos fotografiado en couché. Más auténtico sin duda. Esta semana, además, tenemos de todo. Fiestas familiares y corporativas, presentaciones de lujo y exposiciones de nivel con lo mejorcito del país, bodas y hasta manicuras en aristocráticas manos alocadas. Algo está pasando era la frase elegida para encabezar la invitación que la familia Vidal cursó para su evento más esperado del año, la presentación de sus nuevas instalaciones, un concepto nuevo de concesionario para presentar una nueva generación de Mercedes-Benz, el nuevo Clase A, a la que asistieron 1.200 personas con ganas de pasarlo bien. Y lo consiguieron porque todo se organizó con ilusión. Francisco Vidal, Andrés Vidal, gerentes de Autovidal, María Vidal, gerente de Kia y Mitsubishi, Carmen Vidal, gerente de Honda y Flotas de empresa, y Esther Vidal, gerente de Proyectos y ejecuciones en Balears, recibieron a sus invitados con delicias del Sushi Club, hasta que comenzaron los discursos, entre los que emocionó el de Andrés Vidal, donde explicó la historia de su familia ligada a la empresa desde que en 1921 Francisco Vidal creara un pequeño taller en las Avenidas, el embrión de lo que hoy es Autovidal 90 años y cuatro generaciones más tarde. Habló el delegado de Mercedes Benz en Balears para dar paso a una gran sorpresa, la actuación de Sexy Sadie, juntos para un evento exclusivo. Hubo mojitos de bodegas Túnel y una degustación de gin tonics de la empresa Drinksmotion. Lo que se dice un fiestón, lo que demuestra que, a pesar de la que está cayendo, si hay ganas y saber hacer la empresa, las empresas, bien gestionadas, sabrán salir adelante. Con ilusión y buena imagen.

Ya que estamos en el mundo glam del auto de lujo... Impresionante fue la exposición de coches clásicos en el Gran Hotel Son Net en el que se pudieron admirar 35 maravillas en un show increíblemente elegante. Porque si algo tienen los clásicos es elegancia contagiosa. Hubo concurso y el ganador fue Georg Letzerich, el marido de Helen Cummins, con su magnífico MG TA supercharged del año 1937. Entregó el trofeo, en un día luminoso, el propietario de Son Net, el gran David Stein.

Días como estos hacen que Mallorca siga valiendo todas las penas y genere ilusión, casi tanta como la que vivieron los periodistas y amigos Elisabeth Moll y Pau Crespí el día de su fabulosa boda. Se conocieron cuando ambos comenzaron en las emisiones de IB3 TV, en la redacción de Deportes, y tras seis años de una bonita relación se dieron el ´sí quiero´ en el Monestir de La Real, rodeados de magia, más veraniega que otoñal, en una celebración que duró todo el día y que se alargó hasta bien entrada la madrugada. Los 170 invitados disfrutaron de un estilo campestre, rústico, creado por Lluïsa Llull, escenógrafa de una boda muy emotiva y sobre todo divertida, que es lo que los novios deseaban. Eli, así es como la conocemos sus amigos y compañeros, que es guapísima, apareció maravillosa, estupenda, con un vestido de Pronovias estilo Sissí Emperatriz, su película favorita -también la de su madre-, su sueño, desde niña, que quiso hacer realidad para el cuento de hadas que fue ese día en una vida que ha de ser fabulosamente dorada. Como ella.

El novio vistió un soberbio chaqué del sastre, quizás el mejor, John Blond, que a pesar del nombre es muy mallorquín y muy español. Me encanta el corte de sus chaquetas impecables, la calidad de sus tejidos y lo elegante que es en el trato. Como si fuera un sastre de Bond Street pero muy nuestro. Viste a los más elegantes de Mallorca, por algo será.

Algunos de ellos se encontraban en la presentación durante un desayuno en el RCNP de la empresa Skipper Sailing Club de Jorge Sanz Mariano, un hombre que ama el mar y su disfrute, nacido en la mejor escuela. Es hijo de Javier Sanz y Carmen Mariano, con sal marina en las venas. Ellos son el mar y con ellos se entiende, se contagia esa pasión. Quizás por eso Jorge quiso crear una alternativa a la compra de un barco y todas las preocupaciones que eso conlleva. Así nació Skipper, un club de navegación que facilita los mejores amarres de Mallorca y una flota de barcos de vela y motor siempre en óptimas condiciones que permite navegar siempre que uno quiera. Un club formado por personas que aman el mar, de todas las edades, que quieren disfrutarlo sin compromisos financieros, aunque puedan permitírselos. Pero entienden que es mucho más práctico formar parte de este nuevo club que les evita preocupaciones y les permite disfrutar de diferentes barcos en una misma temporada. Jorge presentó Skipper en una de las salas del Náutico, emocionado pero muy seguro del éxito de su nueva empresa, de la que es un experto tras muchos años trabajando en el sector, del que conoce intríngulis y necesidades. Ya les he dicho que la presentación fue durante un desayuno, delicioso, en el que no faltaron los famosos bizcochos familiares y una buena dosis de humor bajo la atenta mirada de la autoridad familiar. Que es mucha. Y de altísima calidad.

Si quieren saber más, miren www.skippersailingclub.com y se sorprenderán. Esto es el futuro. La renovación, porque algo está ocurriendo que hace que muchos pongan toda la carne en el asador para que la oferta sea más que apetecible.

Aristocrazy, la joyería, con la presencia de una de sus propietarios, la maravillosa Asunción Aza, volvió a dar una lección de estilo convocando a sus clientas para un Cóctel The Hail Bar con Aristocrazy, en el que Elisa Petrova, la propietaria de la firma de estética para las uñas, dio muestras de su maestría. Joyas, piel, uñas, anillos. Es un todo de calidad endulzando el paladar con champán y pasteles del vecino Forn Fondo, que no quisieron perderse nuestras damitas más sofisticadas. Algunas ya apuntan maneras desde la infancia, arropadas por sus mamás más fashion. Si no, vean las fotos y verán.

Parece que la cosa va de belleza en grado extremo porque sonada fue también la inauguración del estudio de body point gestionado con entusiasmo por el top model alemán Christian Deerberg. Así que todos guapísimos. Listos para asistir a una de las fiestas más divertidas de lo que llevamos de otoño caliente, la que organizó Juan Luis Pérez de Eulate de la Vinoteca en el Restaurante de Son Quint con el lema Brabante y el fuego. La cerveza más de moda y chic servida en todas sus variedades mientras sonaba la música de Wondersbrass y se servía una magnífica barbacoa alrededor de la piscina cuajada de caras conocidas como Demetrio Madrid, Vicente Rotger, Luis Piña, Antonio Munar, Bartolomé Cabrer, Luis Quetglas, Luis Pareja, Luis del Olmo, de Melià Hotels, Bartolomé Tous, de Corner, Johanna Landströn, del Hotel Portitxol, Miquel Barceló, director del Puro Hotel, Carlos Baqués, del Restaurante Forn de Sant Joan, Francisca Bonet, de Son Bernadinet, Susana Tejada, de can Cera, Jose Rovira, de Diablito, Alejandro Ximena, del hotel Bon Sol, el arquitecto Sergi Bastidas, los abogados Javier Blas, Juan Carlos Ferrer, Manuel Montis, el pintor Rafa Forteza, Natasha Lebedeva, Diego Arango, Stephan Lungred, Federic Pinya, Ramón Servalls y Tonina Bestard; Gabriel Nicolau con su esposa, de Bulthaup Nicolau, José Miguel y Sonia Ramis, el promotor Juan Capllonch, Miguel Alcoverro y Eladia Gea o la restauradora Concepción Oleza y el decorador Miguel Sagrera, como siempre, elegantísimo. Fue, de verdad, una de las mejores fiestas que se han organizado en los últimos meses. Por ambiente, servicio y capacidad de sorpresa. Ya ven siguen pasando cosas en esta isla llamada de la calma, donde algo se mueve.

Si quieren paz, diríjanse a admirar las bellezas de la colección que se exhibe en el Caixa Forum de Palma, con el título Miradas Cruzadas, abstracción y realismo, y entrarán en un mundo mágico donde un Miró de fondo verde les robará el alma, un Tapies, el corazón y así todo, un Barceló, un Palazuelo, todos para llevarse en la retina para la eternidad. Fueron inaugurados por Joan Ramón Fuertes, el director del área de cultura de la fundación La Caixa, Ignasi Miró, la directora de la fundación MACBA, Ainhoa Grandes, el director del MACBA, Bartomeu Marí, y la directora de la Colección de arte contemporáneo Fundación La Caixa y comisaria de la exposición, Nimfa Bisbe. No quisieron perdérselo apasionados del arte y del buen gusto que celebraron el evento con aspavientos que solo los muy exquisitos son capaces de valorar. Todos perfectamente atendidos por Margarita Pérez-Villegas, directora de Caixaforum Palma, que es una caja continua de sorpresas agradables. Algo está pasando, y si no me creen, esperen la Nata de la semana que viene con algo de ilusión. Ya verán.