En un enclave único con espectaculares vistas sobre la Bahía de Palma, se ubica el Mhares Sea Club, que celebró en la noche del martes un Sunset Party, o lo que es lo mismo, la primera Fiesta de la Puesta de Sol en el bonito chill out del club. Los invitados pudieron disfrutar del maravilloso atardecer sobre el mar que se divisa desde la terraza.

Entre los asistentes se encontraban el humorista Agustín ´El Casta´, el galerista Joan Guaita, la ex directora del Baluard Cristina Ros, y su pareja el pintor Ramón Canet, la condesa de Deleytosa, la marquesa de Argensola, el dueño del Ocimax Rafael Salas y el político Joan Mesquida, entre muchos otros que no quisieron perderse la invitación de Teresa Castellà. Un total del 300 personas miraron en la misma dirección mientras el sol se escondía en el horizonte.

Una puesta de sol de película

Fue una velada maravillosa donde no faltó de nada y se cuidó hasta el más mínimo detalle. Una piscina llena de velas, sofás y camas delante del mar para que los invitados pudieran apreciar el regalo diario que es el final del día en la eprivilegiada ubicación del antiguo hotel Delta. El Souful y el Deep House que pinchó el dj Carlos Simón amenizó la fiesta durante toda la noche.

Cócteles y otras delicias

Los cocineros no pararon en toda la noche de entrar y salir de la cocina. Sushi, gazpacho, crema de calabacín, croquetas de sepia, brí con naranja y mini hamburguesas fueron algunos de los platos que se sirvieron. En cuanto a cócteles, el Blue Lagoon y el Red Sunset fueron los protagonistas y pusieron un toque de color a la velada.

Performance y fuegos artificiales

A las diez de la noche aproximadamente llegó la sorpresa final que dejó boquiabiertos a los presentes. Las luces de la terraza se tintaron de rojo y una niña con camisón empezó a gritar entre los asistentes que había perdido a sus padres. La música dejó de sonar y aparecieron en el tejado una veintena de demonios encendiendo bengalas. Una batucada sonó al lado de la piscina mientras los demonios bajaban haciendo malabares con fuego y bailando. El abrazo final entre la niña y sus padres fue el final de la performance que fue muy aplaudida.

Los fuegos artificiales cerraron la fiesta, poniendo punto final a una velada llena de sensaciones que había empezado despidiendo al sol. Hasta el día siguiente, cuando se repite el mejor espectáculo natural en el Mhares.