Opinión

No es cine mudo, es amor mudo

Matías Vallés

Ningún amante de la belleza se dejará perder The artist. Es una obra de arte, pero cuesta decidir de cuál. La película diez, por el número de nominaciones al Oscar, no es una reivindicación nostálgica del cine mudo, sino del amor mudo. Denuncia las trampas en la verbalización de los sentimientos.

La mitad de las películas nominadas no han sido estrenadas en España. Entre las conocidas, The artist, Los descendientes y Criadas y señoras merecen el triunfo absoluto por este orden. La ausencia de El topo descalifica a la lista en su conjunto. La misteriosa inclusión de El árbol de la vida tiene que deberse a alguna de las hipótesis siguientes: A) Una broma de Hollywood. B) Una pulsión masoquista insatisfecha. C) La obligatoriedad de nominar a todas las películas en que intervenga Brad Pitt, véase Moneyball.

George Clooney y el enmudecido Jean Dujardin deberían disputarse el Oscar al mejor actor. La categoría de secundarios está dominada por dos octogenarios egregios, Max von Sydow y Christopher Plummer. La inigualable interpretación del segundo en Principiantes lo catapulta hacia cualquier premio, y hoy mismo se puede disfrutar su breve aparición en Millennium.

¿En qué consiste el machismo de Hollywood? En que sólo una de las candidatas a mejor actriz –Viola Davis– haya sido nominada por su intervención en una de las nueve candidatas a mejor película –Criadas y señoras–. Hasta tres actrices representan a la melodramática denuncia de la segregación racial. Sin embargo, sería una injusticia dejar sin recompensa a la magnética Bérénice Bejo por The artist, ya que deja a los corazones más resecos en suspenso. Rooney Mara merece el Oscar por su tonificante descarga erótica en Millennium.

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