Superstición y mentalismo con Joan Monse

lara villar. palma

­No se trata de magia convencional con un mago simpático que es capaz de extraer un conejo blanco de su chistera. Un espectáculo de magia psicológica supone "influir" sobre las acciones físicas o mentales de una persona, sin que ello resulte infalible. Para escépticos, aclarar que es una mezcla de sugestión, distracción de la atención y "una puesta en escena". No revelaró el cómo, pero sí reconoció que "es una mezcla de metafísica y psicología".

Joan Monse presentó de esta forma ayer en el Principal su nuevo montaje que, para los más desconocidos, sigue la línea de su anterior, Icógnita. En 13 Joan Monse mejora su anterior trabajo y le añade muchas más dosis de dinamismo, interacción con el público y demostraciones que harán "poner los pelos de punta" a los asistentes.

El hilo argumental de la obra parte de la premisa de que la sociedad moderna, tan influida por los intereses económicos y superficialidades, olvida frecuentemente la capacidad de escuchar: "Escuchar más al otro", estimular más las capacidades intuitivas conduciría a darse cuenta de "cuántas cosas nos escapan al consciente por no prestar más atención". Eso no es magia, pero sí un aprecio del poder de la mente, que posee límites insospechados.

Partiendo de esa base, Joan Monse centra su espectáculo en las supersticiones, en la capacidad sugestiva de éstas y en el hecho de que las personas se dejen influir positiva o negativamente por los pensamientos de otros. Es en ese momento cuando Joan Monse justifica su "magia" en la capacidad de poder llegar a averiguar o influir en la mente de sus espectadores, en un montaje que será "cien por cien improvisación".

Nuevamente, el espectáculo contará con el apadrinamiento de Projecte Home Balears, ya que, en palabras de su fundador y presiente Tomeu Català, "las reflexiones que promueve coinciden con nuestra filosofía".

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