Mariano Gastalver Martín
"No sabemos manejar la soledad, y eso nos produce angustia"
Presidente del Teléfono de la Esperanza de Palma de Mallorca. Sacerdote y psicólogo, está al frente del equipo de voluntarios desde hace quince años, aunque el teléfono haya cumplido ya un cuarto de siglo en la isla. Más que dar, dice recibir, porque cada día aprende de la capacidad de superación humana. Y tiene esperanza en la gente. "Saldremos todos juntos de esta crisis, y no hablo solo de la económica"
Vanessa Sánchez. Palma
"Hay gente buena, somos gente buena", repite una y otra vez Mariano Gastalver. Lo dice con conocimiento de causa, a pesar de que a veces se enfrenta a situaciones incomprensibles, a injusticias difíciles de asimilar. "De todo se sale, la solución siempre es más fácil de lo que pensamos. Lo que nos falta es un poco de empatía". El presidente del Teléfono de la Esperanza en Palma, que cumple 25 años al servicio de la población, reflexiona sobre las carencias afectivas en un mundo en el que, contradictoriamente, más vías de comunicación existen. Se habla mucho, "pero se escucha poco".
–¿Lloramos ahora por lo mismo que antes o nuestras angustias han cambiado?
–Las debilidades humanas son las mismas, y las necesidades también. Podríamos hacer una larga lista de los problemas que más nos afectan o de aquellos por los que demandamos ayuda pero se puede resumir con muy pocas palabras: andamos faltos de amor, no solo el de pareja, sino el de familia, amigos... Cuando no tenemos amor todo lo demás no funciona.
–Se refiere a ese eterno miedo a la soledad...
–No necesariamente. Hay gente que es feliz estando sola, que sabe escucharse y que se gusta. De lo que se trata es de saber gestionar y manejar esa soledad, es algo que no nos enseñan y que todos deberíamos aprender. La soledad no buscada, no deseada, produce además muchas angustias.
–¿Lo enseñan en el teléfono?
–Nuestra labor principal no es esa, aunque es verdad que, entre muchas de nuestras actividades, también hay talleres terapéuticos y de prevención. Lo que ofrecemos es un servicio gratuito y profesional a personas en situación de crisis todos los días del año, a cualquier hora. Aquí escuchamos, es a lo que nos dedicamos.
–Una llamada para la esperanza, 24 horas al día. Suena utópico.
–En Palma hemos cumplido un cuarto de siglo y a nivel nacional llevamos funcionando cuatro décadas. Estamos en plena fase de expansión internacional. Tenemos sedes en Latinoamérica y pronto nos instalaremos en los Estados Unidos. No es utopía, la gente nos reclama.
–Es contradictorio que, en una sociedad tan avanzada en medios de comunicación exista esa necesidad de ser escuchado.
–Es que no es lo mismo oír que escuchar, como tampoco es lo mismo escuchar que escuchar bien. Y pocas personas saben hacerlo. Por eso nuestros voluntarios se forman, no vale cualquiera.
–¿A que se refiere?
–Si no sabes escucharte a ti mismo, si no conoces tu recursos, si no sabes resolver tus propios problemas... ¿cómo vas a ayudar a los demás? No es una tarea sencilla descolgar el teléfono y encontrarse con una persona desesperada. Es muy importante, no solo mantener la calma, sino saber empatizar con el que está al otro lado del teléfono. Y además hay que saber mantener cierta distancia, de ahí el anonimato. No se pueden establecer vínculos peligrosos porque pueden crearse dependencias.
–¿Tienen más necesidades comunicativas las mujeres que los hombres?
–No, aunque es verdad que por cada llamada masculina, recibimos dos femeninas. La diferencia es que ellas son más atrevidas y verbalizan más sus problemas, sus sentimientos. Quizás ellos aún tienen más prejuicios para exteriorizar lo que sienten.
–¿Las inquietudes son parecidas entre ambos sexos?
–Más de lo que en un principio pueda parecer. La sociedad ha evolucionado mucho en ese sentido. La mujer ya no trabaja solo en casa y también tiene problemas laborales. Pero, como te decía al principio, todo gira en torno a la salud emocional. La tenemos muy descuidada.
–¿La crisis económica ha disparado el número de llamadas?
–No de manera significativa pero, evidentemente, sí nos encontramos con gente realmente angustiada por la falta de trabajo, con toda la familia en el paro, sin dinero para comer
–¿Y qué se le dice?
–No somos videntes, ni tenemos una varita mágica con la solución. La salida a los problemas la tiene uno mismo. Los voluntarios, eso sí, podemos ofrecer al que llama una visión más objetiva de la situación. Además, no juzgamos, ni criticamos ni hacemos reproches. Y eso da lugar a que el que llama se sienta respaldado y mejor. Hemos recibido después muchas llamadas de gente agradeciéndonos que estuviéramos ahí.
–También habrán pasado por trágicas experiencias.
–Desgraciadamente sí. Ante una situación de suicidio a veces poco podemos hacer. Hay gente que nos llama para morir acompañada.
–¿Y usted que ha aprendido?
–A confiar en la gente, a quererme más y a dejar que me quieran.
–¿Tiene fe en la humanidad?
–Sí, y muchísima, muchísima esperanza. Somos solidarios, buenos... seguro que saldremos de esta.
- El tardeo de Sant Sebastià se desborda y obliga a cerrar la plaza de Cort: los asistentes se saltan el cordón policial
- Indignación en el tardeo de Sant Sebastià: Una mujer con una discapacidad invisible denuncia el trato discriminatorio de la Policía Local
- Aviso de los promotores de Baleares: o cambia el modelo económico o se edificará en rústico
- El chupinazo de Can Vinagre critica la masificación: 'Disfrutad hoy porque mañana volveremos a ser la ciudad franquicia, donde nuestros hijos no podrán vivir por el alquiler turístico
- Los okupas del apartahotel de Cala Bona dicen que pagaron el ‘alquiler’en Manacor y en Son Gotleu
- Los tres últimos okupas abandonan el apartahotel de Cala Bona tras alcanzar un acuerdo y no ser denunciados
- Escolarización curso 2025-2026: Educación no hará zona escolar única en Palma sino que la dividirá en dos macrozonas
- Éxito rotundo de las 'llonguetades' de Sant Sebastià en Palma: «Aquí están los palmesanos de verdad»