La imagen es sencilla, ingenua, pero se entiende: Pa negre (desde ya Black Bread) se comporta en este momento como un piloto de carreras. A modo de las mejores escuderías, traza en secreto una estrategia para intentar vencer a sus rivales en la carrera hacia la alfombra roja. Si esto fuera un cuadrilátero, el titular podría ser: "Agustí Villaronga contra treinta". Películas, se entiende. Desde que el pasado día 28 la Academia de Cine eligiera el film del mallorquín para representar a España en los Oscar, la productora Massa d´Or está con las pilas puestas con el fin de conseguir el próximo día 24 de enero la pole position y asegurarse estar entre las cinco cintas que finalmente lucharán por una estatuilla dorada a la mejor película de habla no inglesa. No hay tiempo que perder: la maquinaria promocional se ha puesto en marcha porque de un acelerón hay que dejar atrás a por lo menos una treintena de films que no allanarán el camino a Black Bread, más bien todo lo contrario. Pero antes de que llegue el día 24, habrá muchas otras pequeñas competiciones y una primera fase selectiva, en la que los académicos elegirán nueve películas que habrán podido ver entre octubre y diciembre. Poco después (entre el 22 y el 24 de enero), dos comités especiales, uno en Nueva York y otro en Los Ángeles, seleccionarán finalmente las cinco cintas que competirán en el teatro Kodak el próximo 26 de febrero durante una gala que presentará el actor Eddie Murphy. Hay que recordar que desde 2005, cuando Alejandro Amenábar se hizo con una estatuilla por Mar adentro, ninguna película española ha vuelto a colarse entre las cinco finalistas a mejor película extranjera. Razón de más para tomarse muy en serio lo de Pa negre.

Con las fechas anteriores en el horizonte, el margen de maniobra para Black Bread (y todos sus rivales) es reducido: tres meses para crear una estructura que permita multiplicar su visibilidad en EE UU. Una cuestión que anima a hacerse muchas preguntas: ¿Cómo se mueve una película en un continente que no es el propio? ¿Cuáles son los gustos de los académicos? ¿Qué aspectos de la cinta de Villaronga habría que potenciar para ganarse la simpatía del jurado?

Isona Passola, responsable de la productora catalana Massa d´Or, asegura que es demasiado pronto para hablar de estrategia. "Aún no está definida. Tenemos que hacer en Los Ángeles un casting de expertos en marketing –informa–, y te aseguro que escogeremos a la mejor empresa que encontremos. Es importante que el equipo que desarrolle la estrategia de Pa negre la entienda y la ame", explicó. En realidad, continúa la productora, la estructura promocional de la película funcionará a todo gas en noviembre y en diciembre.

Amén de la estrategia comercial de los críos en la cinta (que siempre han emocionado a los académicos más conservadores), Jaume Ripoll, experto en cine y director editorial del portal de visionado Filmin, piensa que Pa negre es una historia que puede llegar a los votantes estadounidenses porque ofrece una nueva visión sobre la Guerra Civil española, según la cual ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. "Además, este tipo de películas históricas lleva mucho tiempo sin premiarse. Las últimas ganadoras de habla no inglesa eran más variopintas", apunta. Los giros de trama de la cinta de Villaronga, su apuesta visual, así como el hecho de que en Estados Unidos (sobre todo en Nueva York o en San Francisco) ya se le hayan dedicado varias retrospectivas al cineasta mallorquín suman puntos a la cinta en su carrera por los Oscar. Asimismo, Ripoll observa que también despertará mucho interés entre los críticos de cine, que se preguntan ahora mismo en muchas webs informativas estadounidenses sobre ese director que ha hecho "una película mejor" que La piel que habito de Almodóvar, oscarizado en dos ocasiones.

El calendario de proyecciones de Black Bread por EE UU aún no está cerrado. Lo que sí está claro es que la cinta empezará a hacer ruido en breve: el próximo día 13 Isona Passola y la actriz Nora Navas presentarán el film en un festival de cine español que se celebra en Los Ángeles, el Recent Spanish Cinema. Siete días después Passola acudirá a otro certamen similar en Miami. Conseguir entrevistas con los medios y un buen contrato de distribución son dos condiciones más para arrimar la estatuilla al pa negre de Villaronga. Sin embargo, el mallorquín Jaume Ripoll cree que tener una distribuidora fuerte detrás no siempre asegura el triunfo: "La teta asustada, de Claudia Llosa, que no tenía ni a Sony ni a Universal apoyando, consiguió una nominación a los Oscar en 2010", recuerda. Y es que lo de las estatuillas no es una ciencia exacta.

Multiplicar las pantallas es fundamental para llevarse el gato al agua. Pa negre se ha reestrenado por tercera vez en algunos cines de Barcelona y Madrid. En Europa se siguen vendiendo los derechos de la película. En Francia acaba de estrenarse con buena acogida. Y los proyectores de Japón están a punto de hacer lo propio. Los próximos países en la carrera son Alemania y EE UU, el gran objetivo de la productora.

Otro de los capítulos que podría beneficiar a Pa negre en la criba es el de las polémicas: algunos no han acabado de ver con buenos ojos que ésta sea la primera película en catalán que represente a España en los máximos galardones de cine. Tal debate podría dar, a bote pronto, un empujoncito a la visibilidad de la cinta. Pero, ¿habrán llegado a EE UU los ecos de tan estéril controversia? No. "Eso no tendrá ningún impacto en América. Lo que sí es un shock es que no vaya Almodóvar por España, pero nada más", puntualiza Ripoll. Ya se sabe, los subtítulos en inglés homogenizan todos los films. Para los americanos (con poca proclividad a los problemas con la patria), en este punto no hay discusión.

Las rivales de ´Pa negre´

La Academia del Cine de EE UU cerró oficialmente el pasado lunes el plazo para que los países presentaran sus cintas en la pugna por la estatuilla de habla no inglesa, y cuyas inscripciones serán sometidas al escrutinio de la organización, que en los próximos días dará a conocer el número de solicitudes aceptadas.

A última hora, se sumó la argentina Aballay, el hombre sin miedo, un western ambientado en la pampa. En el apartado de cine latino, que en general ha escogido películas con sabor a Hollywood, se suma la brasileña Tropa de élite 2, que alcanzó un récord de recaudación en su país. Por Uruguay, luchará en la carrera La casa muda, una película de miedo psicológico. Venezuela escogió El rumor de las piedras, cinta sobre los traumas dejados por las trágicas inundaciones en el estado de Vargas en 1999. Perú presenta esta vez el drama Octubre, y Colombia se ha decantado por la ópera prima de Carlos César Arbeláez, Los colores de la montaña, que narra la historia de tres niños que tratan de recuperar un balón que fue a parar a un campo minado. La adaptación cinematográfica de la vida de la cantante Violeta Parra fue el argumento preferido por Chile, país que apostó por Violeta se fue a los cielos, del realizador Andrés Wood.

Otros títulos a concurso son: Atmen (Austria), Attenberg (Grecia), Volcano (Islandia), Happy, happy (Noruega), Morgen (Rumanía), Beyond (Suecia), As if I Am not there (Irlanda), A simple life (Hong Kong), Once Upon a Time in Anatolia (Turquía), Postcard (Japón) o Monsieur Lazhar (Canadá).

Según Ripoll, de Filmin, las favoritas a llevarse la estatuilla son trece, justo las desarrolladas en las fichas adjuntas al reportaje. Desde su punto de vista, hay que atender de manera muy directa a la libanesa Where do we go now? (¿Y ahora adónde vamos?), de Nadine Labaki, premio del público a la mejor película en el Festival de Cine de Toronto. "Es un galardón que no garantiza el Oscar, pero es que cintas reconocidas aquí se llevaron estatuilla después", refiere. Casos reales: El discurso del rey, Precious, Amélie o Carros de fuego, entre otras. El certamen de Toronto, que no tiene premio del jurado, es el más grande de EE UU y ha sido tradicionalmente un evento clave para los estudios y distribuidores preocupados por el Oscar, ya que es cubierto por una considerable cantidad de medios de comunicación.

Las cintas francesas e italianas siempre parten como favoritas, pues son las que a lo largo de la historia han conseguido más nominaciones y oscars a mejor película extranjera.