13,15 horas del 7 de agosto de 1986. Carlos de Inglaterra y Lady Di llegan a la base aérea de Son Sant Joan invitados por los reyes de España para pasar una semana de vacaciones en su residencia veraniega de Marivent. 25 años después, DIARIO de MALLORCA recuerda los detalles de aquella visita histórica, la primera que los príncipes de Gales, en aquel momento los personajes no políticos más importantes del mundo, efectuaron en España.

"Legiones de paparazzi venidos de todas partes del planeta se instalan en la isla", titulaba la prensa mallorquina un día antes del inicio de las vacaciones de una pareja que había contraído matrimonio cinco años antes en Londres, un enlace al que los reyes no asistieron. El Gobierno español intentó que la luna de miel de los príncipes de Gales emperaza en Mallorca, pero no pudo ser y finalmente se impuso Gibraltar.

Carlos, Diana y sus dos jovencísimos hijos, Guillermo (4 años de edad) y Enrique (2 añitos) –que estos días se está reencontrando con Mallorca, donde disfruta de unos días de descanso–, fueron recibidos en la base aérea por la reina, el príncipe Felipe y un comité de bienvenida en el que se encontraba el entonces presidente balear, Gabriel Cañellas. El hecho de que la familia entera viajara en el mismo avión provocó críticas al heredero en su país, por inconsciente.

La familia real británica se desplazó al palacio de Marivent en una furgoneta conducida por Constantino de Grecia. Cientos de turistas ingleses, banderita en mano, les esperaban en las puertas de palacio, entonando gritos de viva y aplausos. Lady Di y Carlos optaron por el mar en su primer día de vacaciones. Pocas horas después de aterrizar en la isla, se embarcaban en el yate real Fortuna para seguir las incidencias de la Copa del Rey de Vela, en la que don Juan Carlos participaba a bordo del Bribón. La familia real española y sus invitados se bañaron en alta mar por espacio de veinte minutos. En las siguientes salidas náuticas se les unió Kyril de Bulgaria.

Francotiradores en los tejados, vehículos para desactivar bombas y personal de bomberos velaron por la seguridad de los príncipes de Gales, que el domingo 10 de agosto decidieron brindar una amable y espontánea sesión fotográfica en el palacio de Marivent. Durante media hora, y acompañados de los reyes, posaron en la terraza, frente al mar. Más de medio centenar de fotógrafos, enviados especiales de televisión, agencias, periódicos y revistas se dieron cita. Don Juan Carlos comentó a algunos de ellos que esperaba que, con esta sesión, cesara "la persecución" a la que estaban siendo sometidos sus regios invitados.

En Mallorca, los príncipes de Gales disfrutaron de vidas paralelas. Carlos pintaba acuarelas en Valldemossa y su esposa tomaba el sol en las dunas de las playas del sur de la isla. Una biografía de Lady Di firmada por Lady Colin Campbell destacaba que, en Mallorca, la princesa convirtió a don Juan Carlos en su confidente, aprovechando que "a menudo se quedaba sola en Marivent, porque Carlos pasaba menos días en España". Otra biografía, la de José Martí Gómez, afirma que Lady Di descubrió en Marivent "la libertad", hasta el extremo de que llegó a buscar residencia estable en la isla, en concreto se interesó por la mansión que el constructor inglés Roy Harry Strudwick poseía en el Port d´Andratx.

Asuntos pendientes en Balmoral (el castillo de Escocia en el que disfrutaban de sus vacaciones caseras) obligaron a Carlos de Inglaterra a abandonar Mallorca cinco días después de su llegada. En cambio, Lady Di y sus hijos permanecieron dos días más, dedicándose a navegar por aguas del Mediterráneo.

El presidente del Gobierno Felipe González despachó con el rey en Marivent, aunque no coincidió con Lady Di, que se llevó de recuerdo a Inglaterra un cuerpo más que bronceado. Esa jornada, la del 12 de agosto, fue aprovechada por Diana Spencer para visitar las instalaciones de Marineland, delfinario en el que Guillermo y Enrique se lo pasaron en grande. En su último día en Mallorca (ese año, porque con el tiempo los príncipes de Gales y su familia regresarían a la isla) se alejó del mar. En su lugar, optó por el interior, visitando algunas localidades y tomando fotografías.