Adaptación de un superventas de Sara Gruen, Agua para elefantes retrata el mundo del circo en los difíciles años de la Gran Depresión americana de entreguerras. La historia recurre al manido rizo de arrancar en el presente, con un abuelete perdido ante las taquillas de un circo. Mientras unos empleados intentan contactar con su residencia, él les cuenta su experiencia en el año 31, cuando entró a trabajar en el Circo Benzini como veterinario y cuidador de animales. Sobre ese atractivo escenario la historia deriva a un triángulo amoroso muy convencional. El entonces joven menescal se enamora de la guapa amazona (Whiterspoon) que cabalga caballos primero y un elefante después, topándose con el escollo de que es la mujer del psicótico dueño del espectáculo (Waltz).

La originalidad, el hueco para la sorpresa del argumento, son mínimos. Es evidente que el chico bueno derrotará al hombre malo, a pesar de los esporádicos brotes de bondad de éste; la única duda es cómo. Anzuelo diminuto en un mar de lugares comunes. Tufillo a Titanic en ese melodrama sentimental, con presupuesto y ambiciones mucho más contenidas. El reparto parece haber sido seleccionado con una computadora, dos ganadores de Oscar (Witherspoon por Walk the line; Waltz por Malditos bastardos) y el rompecorazones adolescentes del momento (el anémico vampiro de la saga Eclipse). Ninguno desentona, pero tampoco logran, ni ellos ni el director, inyectar la intensidad y la magia del circo.

El resultado un correcto drama de época que deja al espectador ante dos opciones: desconectar o resignarse a la levedad del guión y disfrutar la cuidada ambientación.

Agua para elefantes

Estados Unidos, 122 minutos

Director: Francis Lawrence

Actores: Robert Pattinson, Reese Witherspoon, Cristoph Waltz

Cines: Rivoli, Ocimax, Porto Pi, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor