Carlos Santos (Murcia, 1978) forma parte del reparto de El Perfecto Desconocido, el primer largometraje del mallorquín Toni Bestard que empezó a rodarse en la isla a principios de noviembre. Más conocido por sus papeles televisivos, entre su filmografía se hallan películas como Fuga de Cerebros (2009), Mortadelo y Filemón: Misión Salvar la Tierra (2008) y También la lluvia (2010).

–Uno de sus papeles más conocidos fue el de agente Povedilla en la serie Los Hombres de Paco, y ahora repite, esta vez como Policía Local. ¿Cómo es Amancio y qué función desempeña en la película?

–Tiene mucho en común con Povedilla. Forma parte de uno de los triángulos de la película, el más cómico. Mi personaje es el contrapunto al que interpreta Xisco Segura. Amancio desencadena una de las tramas principales.

–¿Hay parte de Povedilla en él?

–Sí. Tiene ese fondo de nobleza, ingenuidad y bondad. Al principio me pregunté cómo podía desvincularlo. Ahora mismo me da igual si al final hay cosas de Povedilla, porque todo lo que pueda aportar de mis anteriores experiencias resulta útil, aunque lo hemos alejado físicamente.

–En la serie era el conejillo de indias, abusaban mucho de usted. ¿Cómo es Carlos Santos en la vida real?

–Bastante pesado y perfeccionista. Intento aportar lo mucho o poco de mi experiencia. Me gustaría tener más cosas de Povedilla, tan noble...

–Es el primer largometraje de Toni Bestard. ¿Cómo es como director? ¿Cómo va el rodaje?

–Es el rodaje más relajado y con menos tensión de los que he estado. Hay un plan de trabajo muy cómodo y sin estrés, y eso para el actor es maravilloso. Toni es súper abierto. Me ha sorprendido lo generoso que es a la hora de escuchar. Tengo la sensación de estar en un grupo de amigos.

–¿Qué le llevó a aceptar el papel?

–Conocí a Arturo Ruiz durante un corto. Tenía el guión desde hacía años. Y cuando salió quise estar en el proyecto porque son amigos. Hubiera hecho cualquier cosa. De hecho al principio sólo era un cameo.

–También La Lluvia de Icíar Bollaín opta a una candidatura como mejor película extranjera en los Óscar. ¿Qué siente al formar parte del proyecto?

–Estaba en Málaga donde dirijo e interpreto Hamlet escuchando la radio cuando lo dijeron. Di un salto de alegría. Hay una opción muy clara de estar ahí. La película tiene una vocación muy internacional.

–¿Se ve en el teatro Kodak?

–Sí. No sé si ganaremos. Ojalá. Creo que la película se lo merece, Icíar se lo merece... y la cinta merece ser escuchada.

–Ha participado en películas como Fuga de Cerebros, Mortadelo y Filemón: Misión Salvar la Tierra... ¿Le va más el género cómico?

–No. Pero no me preocupa que me encasillen porque afortunadamente en la serie me dieron un abanico muy grande de registros. No sólo ha sido un personaje de comedia.

–¿Su papel más difícil?

–No lo sé. El más completo y con el que más he disfrutado ha sido con el de Povedilla. Es con el que he hecho más registros y las escenas más difíciles; algunas incluso han sido todo un reto.

–Si tuviera que elegir un registro por el que siente predilección, ¿cuál sería?

–Soy bastante shakespeariano.

–¿Qué es lo más difícil de ser actor? ¿La prensa rosa?

–Afortunadamente no tengo ese problema. Este mundillo es complicado. Hay que saber quién eres y tener los pies en la tierra. A veces la fama es el fin.

–¿Uno nace actor o se hace actor?

–Se nace pero también hay que formarse. No se puede ser actor y no conocer a Shakespeare o a Calderón.

–¿Qué proyectos tiene en mente?

–Empezaré a rodar una serie en febrero. No puedo avanzar mucho. Será una comedia familiar en un tono menos Serrano y más Aída, estilo Modern Family.