"Soy consciente de que a partir de ahora, siempre que haga la Sibil·la, habrá más expectación, pero yo seguiré cantándola con la misma responsabilidad, al margen de que sea Patrimonio de la Humanidad, aunque ya noto un pelín la presión", reconoció ayer Cristina Van Roy, la mujer que la próxima Nochebuena interpretará por octava vez esta pieza medieval en la Catedral.

La soprano, una de las voces de la Capella Mallorquina y miembro del coro titular del Teatro Real de Madrid desde el pasado año, recibió la noticia de la declaración de la Sibil·la como Patrimonio de la Unesco con "satisfacción" y "sorpresa". En su opinión, "tendría que haber llegado antes", aunque bienvenida es.

Cantar la Sibil·la, asegura Van Roy, "es siempre emocionante" y requiere preparación. "Hay que masticar la letra, sacarle el máximo jugo", apunta. No es un ejercicio musical difícil –"sí puede serlo para un niño"–, pero hay que cuidar el fiato, la técnica de respiración que ayuda a dominar la regulación del aire y que permite sostener una nota o emitir toda una frase sin tener que tomar aire.

Detrás de la excelente respuesta que obtiene Van Roy en cada una de sus interpretaciones está José María Moreno, máximo responsable de la Capella Mallorquina, formación que desde 1966 celebra la Festa de la Sibil·la. "La elegí por su voz, que recuerda a la de un niño, protagonistas durante muchos años de un canto que le fue prohibido a la mujer". Para el director, el "toque oriental" y el hecho de ejecutarse a capela, incrementan su dificultad. Pero lo más complicado viene por el lado de los interludios y por el de la interpretación, que debe acometerse "como la de un personaje operístico".

"Quien canta la Sibil·la tiene que transmitir el drama que encierra el texto; tiene que ser una voz versátil, que sepa moverse de pasajes duros a otros más duros o líricos, porque cada estrofa comunica un mensaje", añade Moreno.

Mercedes Riera, también de la Capella Mallorquina, fue la primera mujer que cantó la Sibil·la en la Catedral. Se estrenó en 1969 y no dejó el rol hasta 1999, cuando pasó el testigo a Paz Joan. "Para Mercedes, la Sibil·la era ya de la familia. De estar viva, hoy estaría rebosante de felicidad", confesó ayer su viudo, Andrés Veny. "Siempre la cantaba desde la sencillez, con voz limpia y sin pretensiones. Para ella era un honor. Interpretó el canto en Mallorca y también en Estados Unidos, en las zonas de las misiones fundadas por Fray Junípero Serra".

Continúan las felicitaciones

"La Unesco ha confirmado que la Sibil·la es una manifestación cultural inmaterial única y singular, y per eso mismo ha de ser conocida, reconocida, valorada por todos y también protegida en su ámbito", informó ayer el conseller insular de Cultura, Joan Font, desde Nairobi, donde continúan las reuniones para la declaración de otros bienes inmateriales del mundo.

Está previsto que el Consell celebre en las próximas semanas y especialmente durante las fiestas de Navidad, diferentes actos y conferencias para festejar el reconocimiento obtenido en Nairobi. Después de conocer el éxito de la Sibil·la y de las otras candidaturas españolas, la embajada española en Kenia ofreció el martes por la noche un cóctel a los representantes de cada una de las candidaturas.