"Un caso absolutamente excepcional", "un hecho sorprendente y preocupante", "un acontecimiento que pone de manifiesto una vez más que crecemos más rápido de lo que podemos asimilar mentalmente". De esta gráfica manera resumen algunos de los especialistas consultados por DIARIO de MALLORCA su parecer ante la noticia que ha conmocionado al país en estos últimos dos días. Se trata de Elena, esa niña de diez años de origen rumano que el pasado martes 26 de octubre dio a luz a un bebé (Nicoleta) de casi tres kilos en un hospital público de Jerez de la Frontera, en Cádiz. Y aunque pueda parecer algo insólito, lo cierto es que en Balears también se registran alumbramientos de madres muy precoces.

En 2008, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), nacieron en España 178 niños de madres menores de 15 años. En Balears, las cifras son también significativas: de los 12.713 alumbramientos que hubo en ese ejercicio, se registraron 2 partos de madres menores de 15 años; 13 casos en los que las parturientas tenían 15 años y 26 en los que las precoces mamás se apuntaban 16 primaveras. "Los datos nos indican que algo estamos haciendo mal", subraya Lola Pujadas, psicóloga y trabajadora en el sistema de Emergencias de la Cruz Roja en el ámbito de atención psico-social. "Vivimos en una sociedad sin valores, en la que los padres, por falta de tiempo, no prestan a sus hijos la atención que les hace falta. Y claro, ellos aprenden fuera de casa, buscan cariño en otras personas. Crecen más rápidamente".

¿Está preparada fisiológicamente una menor de 15 años para ser madre? "Es apta para la reproducción más o menos dos años después de tener la primera menstruación. Pero eso no significa que sea lo conveniente", explica el ginecólogo Javier Cortés. "Físicamente y biológicamente nos lo acaba de demostrar. Pero también puede tener un hijo una mujer de sesenta años", añade Manuel Usandizaga, jefe de ginecología del Hospital de Son Dureta. Según ambos especialistas, la joven "no tiene por qué sufrir consecuencias físicas" aunque es "imprevisible saber" a largo plazo cómo afectará a la salud de la menor haber sometido al organismo a una "sobrecarga de trabajo hormonal" a una edad tan temprana. Otra cosa son las secuelas emocionales. "Psicológicamente no está madura", incide Cortés.

La noticia, aunque ha causado conmoción en la sociedad, ha sido bien recibida por la familia de la menor. Al menos, así lo manifestó ayer a las puertas de su casa Olimpia, la madre de Elena, de unos 30 años, "es normal entre nosotros, los gitanos. Esto es una alegría, no un drama. A esa edad nos casamos en Rumanía". "El factor cultural es clave en estos casos. Por eso entiendo la postura de la Junta de Andalucía de no apartar a la menor de su entorno familiar. Las consecuencias del desapego son peores que la de ser una mamá adolescente", concluye Pujadas.