"La cueva no es especial por los kilómetros que tiene, lo es por los espeleotemas que esconde y por todo lo que puedes encontrar. Dentro hay de todo... y puede salir de todo". Guiem Mulet, presidente de la Federació Balear de Espeleología, en absoluto desprecia la todavía inexacta (y creciente) longitud de la Cova des pas de Vallgornera, en Llucmajor, de momento 65 kilómetros topografiados que la colocan "entre las treinta más largas del mundo". Pero es consciente de que aquello que la ha convertido en "centro de interés mundial" son los tesoros "poco comunes" que cobija, Myotragus inclusive. Preocupado por la historia de la cavidad, por su interior y su futuro, este miembro y responsable de varios de los equipos que desde hace años la escudriñan con mimo, relató anoche su experiencia para el Club de Opinión de DIARIO de MALLORCA. Acto celebrado en la Cambra de Comerç, escuchó el parlamento inicial de Lluís Amengual, responsable de Medio Ambiente de La Almudaina, suplemento de este rotativo.

El descubrimiento de la Cova des pas de Vallgornera se remonta a 1968, consecuencia de la excavación del pozo negro que debía recoger las aguas fecales del Hotel Es Pas. Desde entonces y hasta ahora, recuerda Guiem Mulet, no se ha cesado de investigar su perímetro, "ya declarado BIC y protegido por Bruselas, ´propiedad´ de la conselleria de Medi Ambient y explorado con su permiso por los técnicos de la Federació Balear de Espeleología". "Crecerá bastante más, todavía faltan galerías por descubrir", augura con conocimiento de causa el presidente de los espeleólogos, gracias al cual, entre 2002 y 2004, la cueva pasó de ´tener´ 6.435 metros conocidos a plantear 23 kilómetros de galerías; ni una tercera parte de lo que ahora ya se conoce.

"Es un patrimonio geológico muy importante a nivel balear y a nivel mundial. Al estar oculto, al no poder verse, no se conoce y, probablemente, no recibe la atención que merece". Mulet reivindica una Cova que, adelanta, terminará retratada en un documental, proyecto puesto en marcha "para poder acercarla a todo el mundo". Amén del neopreno y cascos que vestirán los técnicos protagonistas, será posible visualizar su rico conjunto de espeleotemas –moonmilks, helictitas, bombillas, banderas, discos...–, su fauna bacteriana endémica y los fósiles que pueblan una cavidad, o "laberinto de tres niveles", donde perderse "era muy fácil". Y una experiencia "poco recomendable", solventada gracias a la reciente instalación de un sistema de seguridad.

Myotragus y alcantarillas

Guiem Mulet –cuyas palabras son más fáciles de visualizar gracias a las fotografías con las que gusta ilustrarlas– resume los puntos importantes por donde pasa el presente y el futuro de la Cova. A más corto plazo, recuerda la actual monitorización de sus condiciones ambientales y los estudios sobre la conductividad del sistema acuático. También, la próxima y "aparatosa" expedición de tres días que profundizará en el yacimiento paleontológico localizado por el IMEDEA; "una galería tan larga como el Túnel de Sóller con capas de sedimentos de entre 2 y 5 metros". "Sabemos que hay fósiles de Myotragus, más antiguos que el balearicus, de hace dos o tres millones de años. Vete a saber lo que hay más abajo".

Más a largo plazo el presidente de los espeleólogos habla preocupación por la contaminación, pues parte de la cueva está debajo de una urbanización sin alcantarillas, con pozos negros potencialmente filtrantes. Los suyos, confirma Mulet, apuestan por instalar un sistema de alcantarillado, especialmente pensado, pues hay zonas de la cavidad muy cercanas a la superficie.