"Escondido tras un árbol, escuché que los amigos personales del tío Emili le decían que huyera, que la guerra estaba a punto de estallar". Josep Darder i Sastre, sobrino de Emili Darder Cànaves, destapa con ésta y otras confesiones el baúl de sus recuerdos infantiles compartidos con el que fuera alcalde de Palma de 1933 a 1936. Moll acaba de publicar el volumen que los compila: Impressions d´un infant d´abans i de l´inici de la Guerra Civil a Mallorca.

Ante los consejos de sus allegados, recuerda Josep Darder, "mi tío siempre se preguntaba por qué tenía que irse. Él no sentía que hubiera hecho nada malo". El capítulo más estremecedor del libro, enmarcado entre 1927 y 1936, es en el que Josep Darder rememora la detención de su tío. "Primero, los Jinetes de Alcalá, que acababan de ser liberados del Castell de Sant Carles, vinieron a mi casa, justo al lado de la de mi tío, pues éramos vecinos. Amenazaron a mi padre pidiéndole por Emili, pues no le habían encontrado en su casa. Mi padre dijo que probablemente estaría en casa de mi otro tío, Tomeu. Le pusieron dos pistolas en la espalda para que les dirigiera hasta allí. Mi madre me dijo que fuera con mi padre, que le acompañara. Enseguida caí en la cuenta de que mi madre pensó que si un niño de ocho años iba con él, no iban a atreverse a hacer determinadas cosas. Me levanté y uno de los Jinetes me puso una pistola en la nuca. Y así fuimos hasta casa de mi tío Tomeu, donde apresaron a Emili. El camino se me hizo larguísimo". Darder terminó cautivo en el Castell de Bellver y, posteriormente, fusilado en el cementerio de Palma.

"Este libro es una deuda que tenía con mi tío. Después de todo aquello, me quedé traumatizado. Aún arrastro el temor de aquel día. Luego estudié Ingeniería y comencé a hacer vida normal", relata. El volumen, prologado por el cura y escritor Jaume Santandreu, comenzó a gestarse en 2000. "Primero lo escribí todo de memoria y después fui consultando libros y documentación. En realidad no son más que unas primeras impresiones espontáneas", explica el sobrino, agradeciendo la colaboración de Susanna Moll, directora de producción de la editorial homónima, en la edición.

En el libro, se recogen asimismo las peripecias típicas de todo niño: sus juegos con la prima Emília, hija del alcalde fusilado; el cine Pathé-baby; el caballito de madera, o los cuentos que relataba su padre sobre El Temple. Las impresiones que Josep Darder tenía sobre su tío también tienen su espacio: "iba muy bien vestido", "era despistado, sencillo, hablaba con todo el mundo, pero siempre con la palabra justa".

En cuanto a los exiliados de la isla, Josep Darder recuerda que la vivencia de su marcha era "muy dura", pero que sucedían tantas cosas y tan rápido, que "había que sobreponerse para continuar". La Guerra Civil les convirtió en "seres miedosos y traumatizados". "He arrastrado este temor durante muchos años y creo sinceramente que todavía no podemos hablar abiertamente de todo aquello. Todavía hay tabúes. Falta una segunda transición", reza.