Veinte artistas. Seis años. Tres bienales. Una idea en el germen de DIARIO de MALLORCA Art Report, la de tender puentes entre el mundo de la comunicación y el arte en sus cada vez más variopintos lenguajes. La iniciativa nació el año 2003, con motivo de la celebración del cincuentenario del periódico. Por la trascendencia del motivo que concitó la idea, se implicaron una serie de entidades como la Fundació Sa Nostra Caixa de Balears. En la primera edición se contó con el apoyo del Ayuntamiento de Palma al ceder su espacio del Casal Solleric.

Hagamos memoria. Repasemos la historia. Sigamos los rastros de los veinte artistas: Joan Cortés, Mónica Fuster & Nicholas Woods, Susy Gómez, Joan Morey, Peter Phillips, Bernat Sansó –con ellos se inauguró la primera bienal–; les siguieron en 2005, Miquel Barceló, Biel Capllonch, Barry Flanagan, Luis Macias, Bernardí Roig y Amparo Sard. El último elenco, José Manuel Broto, Toni Catany, Tadashi Kawamata, Blanca Pérez-Portabella, Jaume Simó Sabater, Marcos Torres y Alejandro Vidal.

Biel Amer fue la persona que comisarió estas tres ediciones, apoyado en el comité integrado por Mercedes Buades, Catalina Cantarellas, Joan Carles Gomis, Helena Juncosa, Maria Hevia y Eva Mulet. El abogado y coleccionista José María Lafuente actuó de coordinador.

Aglutinar artistas de las islas, nacidos o ´aislados´ voluntariamente como refugio creativo, salteando de los consagrados a aquellos que apuntan maneras fue motor de Art Report desde sus orígenes. La veteranía estrechaba manos con los atisbos de los artistas más jóvenes.

Se comprobó en el 2003. El Solleric abrió sus majestuosos salones de casal señorial a las maneras iconoclastas de Joan Morey, un mallorquín afincado en Barcelona que se sirve del arte para teorizar y a partir de ahí, darle una vuelta al calcetín. Morey es un experto en ver el revés del mundo artístico, de ahí que muchos de sus montajes o instalaciones adopten forma de pasarela. A fin de cuentas, el arte del siglo XXI se parece cada vez más a un desfile de ¿belleza?

En el otro polo, Joan Cortés, escultor que va haciendo camino pausadamente sin detenerse. Sus obras se mueven en el terreno de no molestar. Él se vindica artesano.

Durante unos años, Mónica Fuster y Nicholas Woods compartieron trabajo, sin que ello conllevera la pérdida de la individualidad respectiva. En Art Report elevaron una torre de jabón, fieles a su ideario de la fugacidad de la obra de arte, de la importancia del proceso, del avanzar en el camino. Fuster ha ido gestándose una brillante hoja de servicios, reconocida con premios como los otorgados por Museo Reina Sofía y la Feria Estampa. Sus obras basculan en la interacción entre arte y ciencia por medio de distintos lenguajes artísticos. Woods se mueve cercano a la pintura, y en ella, existe cierta inquietud. Sus paisajes son quebrantos. No pasa nada, pero todo puede suceder.

Bernat Sansó siguió la estela de aquellos que se rinden a París, y allí vive y trabaja, aún sabiendo que el camino es pedregoso para un extranjero. En Art Report presentó su serie de pequeños lienzos de cebollas.

Susy Gómez, ya reconocida nacional e internacionalmente, ocupó el Gran Salón del Solleric, con su margarita de hierro galavanizado, circundado por letras grafiti en las paredes que escribían parte de su biografía emocional. Gómez incursiona en arte desde el ámbito más íntimo.

Por último, el artista más veterano del estreno de Art Report, el pintor Peter Phillips, encuadrado en el pop aunque con evidentes signos de clasicismo en sus últimas obras, lienzos en los que el vacío es protagonista más allá de los personajes que sitúa casi como espectros.

Llegó la segunda edición, la de 2005, con el más internacional de los artistas mallorquines contemporáneos, Miquel Barceló, llenando Sa Nostra –a partir de esta nueva vuelta de Art Report, el centro cultural de la entidad financiera se convirtió en cobijo de las colectivas– de sus cuadros blancos, insertados de collages y dibujos en firme trazo negro de buena parte de su iconografía vegetal. En contraste, las liebres del recientemente desaparecido Barry Flanagan, el artista que huyó de las ataduras como esos saltarines herbívoros.

Otro mallorquín internacional, Bernardí Roig colocó cara a la pared a esas esculturas de hombres eunucos, que miran absortos el neón. Amparo Sard seguía tejiendo con el papel blanco agujereado. Biel Capllonch se servía de las fotografías para secuestrar escenas inquietantes en parques y estanques. Luis Macías pone su pica en la Gran Manzana con su particular bestiario ataviado de humor.

En 2007 se alcanzó la tercera edición con el pintor Broto, un fundamental en la renovación plástica de la España del siglo XX; Tadashi Kawamata, un creador de historias a partir de sus montajes colectivos a caballo entre la escultura y la arquitectura; el fotógrafo de prestigio internacional Toni Catany y sus inquietantes retratos. Daban paso a los alevines Jaume Simó, Blanca Pérez-Portabella, Marcos Torres y Alejandro Vidal. Algunos de ellos empiezan a hacerse oír en el a veces guirigay del mundo del arte.

DIARIO DE MALLORCA

ART REPORT 2009

Inauguración 15 de septiembre

Centre de Cultura "Sa Nostra"

Carrer de la Concepció, 12 · Palma