Unas 500 personas de la vida social, política, cultural y artística de la isla se dieron cita anoche en la inauguración del museo de arte modernista Can Prunera de Sóller en la que se exhiben obras que, según dijo Pedro Serra, el presidente de la fundación Tren de l´Art que gestiona el museo, "salen de sótanos oscuros para que las puedan ver todo el mundo".

Serra y Óscar Mayol, presidente del Ferrocarril de Sóller, recordaron a lo alto del balcón que da a los jardines del museo, la larga trayectoria que tuvo que seguir el proyecto de Can Prunera desde que fuera adquirido por el tren hasta su apertura como museo de arte contemporáneo. Por su parte, el presidente del Govern, Francesc Antich, halagó la fusión entre turismo, cultura y patrimonio que impulsa Tren de l´Art desde su creación, no sin antes resaltar que el nuevo museo "dará mayor personalidad si cabe al municipio de Sóller" que siempre "se ha caracterizado por ser cuna de gente emprendedora".

El museo recupera el esplendor de una casa de estilo modernista construida en 1911. Además de recuperar los elementos arquitectónicos y ornamentales de sus paredes, techos, lámparas y cristaleras, el museo acoge una exposición permanente de pintura que abraza desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Muchas de estas obras estaban expuestas en el Museu del Baluard de Palma. Pedro Serra, además de aseverar que "los descendientes de gente como los que hicieron posible la creación de esta casa modernista, hoy han hecho posible su conversión en un museo", el cual, según sus palabras "saca obras de arte de sótanos oscuros para que las puedan ver todo el mundo".

Concierto

La inauguración se complementó con la presentación del libro Sollerics a França cuyo coautor es Antoni Quetglas junto al desaparecido Joan Estades y con un concierto de música lírica y tradicional mallorquina que interpretaron el tenor Pedro Granados, la soprano Angelique así como diversos componentes del grupo Els Valldemossa.