Cuatro años después de la apertura del centro, la conselleria de Cultura ha roto el contrato de arrendamiento con el doctor Bartolomé Beltrán por el cual éste le cedía el uso y la gestión de la Posada de Biniatró de Campanet a cambio de 60.000 euros anuales, lo que suponía unas mensualidades de 5.000 euros a los que había que añadir las nóminas del personal.

Pese a que la intención del equipo de Bàrbara Galmés no era cerrar el centro, sino dinamizarlo, como aseguró al llegar al cargo, finalmente ha optado por no prolongar el contrato de arrendamiento más allá del año de duración establecido en la última renovación del acuerdo, publicado en el Butlletí Oficial de les Illes Balears el 18 de diciembre de 2007.

El actual Ejecutivo ya se encontró al tomar posesión con que el Govern de Matas en funciones había revisado al alza el contrato de arrendamiento que mantenía con Beltrán por la Posada de Biniatró desde 2005, aumentándolo en un 70 por ciento hasta dejarlo en un total 101.964 euros anuales, 8.497 euros mensuales, lo que Galmés tildó en su día de "inapropiado e insólito", a la vez que anunció que ponía el caso en manos de la secretaría general técnica de la conselleria para que estudiase con los servicios jurídicos de la comunidad cómo solucionar el conflicto de la mejor manera posible. Su anuncio se tradujo inmediatamente en una vuelta a las condiciones anteriores del contrato.

Bartolomé Beltrán alquilaba la Posada de Biniatró al Govern a través de una sociedad denominada Keipting S.L, que según el registro es una inmobiliaria radicada en Madrid y fundada en 1997 de la que el médico y comunicador es administrador único.

Por su parte, el Govern pagaba el contrato de arrendamiento del centro cultural, las nóminas del personal y diseñaba la programación con el Ayuntamiento de Campanet y la Fundació ´Sa Nostra´.

Sin embargo, la Posada de Biniatró nunca contó con una programación anual estable que llenara de actividades sus 4.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Organizó desde su apertura conferencias, exposiciones y conciertos, pero de forma muy esporádica y sin ninguna periodicidad. Aún hoy, su página web está en construcción y el centro no figura en las visitas de interés del Ayuntamiento de Campanet.

Precisamente, el Ayuntamiento del municipio del Raiguer tomó partido en un principio en contra de la inversión que el Govern realizaba en la casa museo, al considerar que el pueblo necesitaba más una escuela que un centro cultural de estas características.

Con toda la plana mayor del Govern del Partido Popular, el museo fue inaugurado en junio de 2005 por Jaume Matas con el ambicioso objetivo de dinamizar y descentralizar la oferta cultural mallorquina.

En sus salas exhibía y todavía muestra la colección artística de Beltrán, más de doscientas obras de autores de Balears datadas entre 1950 y 2000, entre pintura, escultura, fotografía y cerámica.

Sin embargo, a la inauguración del centro siguió casi un año de parón total. En mayo de 2006 y mientras el Govern seguía cumpliendo con las mensualidades, la Posada de Biniatró no contaba ni con director, ni con programa de actividades, ni con horario de visitas. El Ayuntamiento de Campanet amenazó entonces con abandonar su participación la gestión si el asunto no se solucionaba. Y, entonces, la conselleria de Cultura elaboró un pequeño calendario de actividades y nombró a una directora, Catalina Pons, que resultó ser prima hermana de Bartolomé Beltrán, licenciada en Humanidades que había desarrollado su carrera en la biblioteca de Campanet. Su contrato finalizó en el verano de 2007 y no fue renovada, con lo que el centro, cuya gestión dependía directamente de la dirección general de Cultura, funcionó sin director hasta el abandono del Govern. Una persona contratada por Beltrán abre y cierra las dependencias museísticas cada día, pero nadie se encarga de establecer un calendario de actividades, ni siquiera de publicitarlas. Beltrán se ha embolsado con la operación 240.000 euros.