"Ni veo la culminación de esta obra como un sueño ni los momentos de crisis y dificultades se convirtieron para mí en pesadillas", afirmó ayer Miquel Barceló. "Simplemente es el proceso natural de la pintura, un camino en el que siempre necesitas enfrentarte directamente a los retos para superarlos", señaló minutos antes de la inauguración. "Mi idea era que la cúpula fuera como un mar y a la vez como una roca y una nube, pero ya digo, desde el principio fue un trabajo muy experimental, sin plan alternativo", desveló. "La cueva y el mar son espacios con tiempos geológicos muy diferentes. Y también he querido subrayar la idea africana de cueva como espacio de reunión, pero al final creo que en la contemplación de la pintura queda ligada toda mi obra", dijo.

Agasajado por gran parte de los invitados que querían expresarle personalmente su felicitación, el artista mallorquín se dejó querer. Con exámenes a la vista en el calendario, sus hijos se quedaron en París, pero allí estaban su esposa, Cécile Franken; su madre, Francisca Artigues, "emocionada" con la contemplación de la cúpula, que contó divertida que ahora borda en manteles los dibujos de su hijo; su hermana, Margalida Barceló, que se dejó fotografiar con los amigos del artista llegados de Mali y saludó a Fernando Alzamora, presidente de Sa Nostra, entidad colaboradora de ONUART; así como amigos del pintor que no quisieron perderse la cita, como Miquel Servera, director fundador de la Fundació Pilar i Joan Miró, que declaraba que la de ayer fue "una jornada histórica"; el director del museo del Prado, Miguel Zugaza; los galeristas Bruno Bischofberger y Soledad Lorenzo; Mercedes Vilardell, Antoni Esteva, que ha dirigido junto a su hijo Bartomeu la reforma interior de la sala, la diseñadora Cortana; Nani Marquina, que ha cubierto las paredes de la sala con un papel especial tejido con lana y con unos relieves muy sencillos; el fotógrafo Agustí Torres, que como ya hiciera en Vietri sul Mare, ha documentado todo el trabajo de Barceló en Ginebra; el escritor y articulista de este diario Biel Mesquida; el periodista Andreu Manresa, y Maria Antònia Barceló, representante de la empresa mallorquina colaboradora de ONUART Barceló Hotels, y su marido, Alvaro Pacheco.

La comitiva de autoridades, encabezada por el presidente Francesc Antich; los consellers Jaume Carbonero y Bàrbara Galmés; el delegado del Gobierno, Ramon Socías y el diputado del PP Francesc Antich tuvieron, ayer sí, tiempo para felicitar a Barceló por su obra y compartir con él un almuerzo que fue presidido por los Reyes en uno de los salones de Naciones Unidas.