La letra impresa no le es ajena a Diana Zaforteza, una editora mallorquina del relevo generacional que ya prendió la mecha con Alpha Decay y que ahora deja atrás, "en buena sintonía", para crear su propia editorial: Alfabia. El próximo 12 de septiembre, y envuelta en la atmósfera de los jardines, presentará una empresa que "rinde homenaje" a su familia, principalmente su padre, José Zaforteza Delgado, de quien aprendió la estima por los libros. Es, asimismo, un guiño emotivo a la isla que la vio nacer y ahijarse catalana de Barcelona, posteriormente.

"En Alpha Decay aprendí, me formé. Ahora he decidido montar mi propia editorial con un recuerdo a mi padre, muy amigo de Jorge Herralde, quien siempre me aconsejó, y con la idea de llegar a un público no tan académico y más lector de narrativa", indica esta licenciada en Humanidades.

En cartera, asoman ya cinco o seis títulos de los que en Mallorca presentará cuatro: El barco de la muerte, de B. Traven; Popism. The Warhol Sixties´, Andy Warhol a Pat Hackett; Algas rojas, de Lourdes Iglesias, y Artemisia, de Anna Banti. Además Alfabia introduce libros de pequeño formato, "del tamaño de las agendas Moleskine", apunta, que son relatos breves de autores como José Carlos Llop, articulista de DIARIO de MALLORCA, y Enrique Vila-Matas. Saldrán a un precio de café con leche y croissant, 3.60 euros.

La idea de "recuperar clásicos" junto a autores "de ahora" responde a la esencia de la editora: "Soy muy ecléctica, y no quiero encasillarme. Alfabia es una editorial de una persona joven que quiere mezclar lo que responda a sus gustos, siempre con exigencia de calidad".

Consciente de la amplitud de miras de un mercado difuso por su diversidad, en un país de escasos lectores y, paradógicamente, muchas editoriales, Zaforteza mira con simpatía la alianza de las llamadas editoriales independientes. "Hay que buscar el relevo a Anagrama, Tusquets, Acantilado, referentes pero que un día desaparecerán, de ahí que tenga que haber espacio para editoriales artesanales. Y apuesto por unirnos y compartir catálogos frente a editores que son más egocentristas".