Richard Kalvar (Nueva York, 1944) reacciona ante la realidad con un click. Sin buscarlo y de modo espontáneo, captura en sus fotografías un estado continuo de tensión interpretativa. En las 89 imágenes que componen la retrospectiva, que se inaugura hoy a las 20 horas en el Casal Solleric, yace un posible trasfondo de drama contenido que en cualquier momento amenaza con rebelarse.

El trabajo de Kalvar, que se muestra por primera vez en España, se ha asimilado con frecuencia a la street photography. En apariencia, sus instantáneas muestran imágenes cotidianas de distintas ciudades por las que ha viajado a lo largo de todos estos años, centrándose sobre todo en Nueva York, París y Roma, y en las que no sucede nada de particular. Es en este estado de cosas que Kalvar se siente a gusto, puesto que juega con la realidad cotidiana. Él mismo es quien reconoce que le interesan más que un paisaje urbano las relaciones entre los seres humanos, "que en el fondo no distan en nada de un lugar a otro".

La tensión entre la banalidad de una situación real y la sensación de extrañeza que surge a partir del encuadre son notas distintivas de este fotógrafo de Magnum. En la planta noble del Casal, se pueden ver también dos imágenes de Mallorca: una de Cala Deià y otra de Palma.

Por otro lado, el artista Lidó Rico terminaba ayer de montar en el Espai Quatre del Solleric su muestra Noctilucos, que también se inaugura hoy a las 20 horas. En ella, juega con el concepto de fosforescencia unido a la noción de idea y pensamiento humano a través de esculturas antropomórficas, fabricadas en resina, que comparten espacio con otros objetos.