Cuando la delegación oficial mallorquina llegaba al East End, no pudieron contener sus caras de asombro. Sebastià Serra, director del Institut d´Estudis Baleàrics, entidad que ha financiado y propiciado el proyecto de Eva y Amir Shakouri, la exposición de cinco artistas mallorquines, In Flux les recibía con Moët Chandon y a lo lejos aromas de cebolla frita que regulan el flujo alimenticio del mercadillo del Brick Lane cada domingo. Lo que la tarde anterior parecía una fábrica de embalajes, con clavos, martillos, berbiquíes durmiendo en suelos y cajas de madera, tomaba forma como una espléndida Cenicienta. Nadie podía creerse que apenas unas horas antes de la apertura se dieran algunos problemas. Cualquier artista con experiencia sabe que lo que para un neófito es un desastre, para el espectador avezado es parte del work in progress. Los artistas convidados, Pep Guerrero, Teresa Matas, Amparo Sard, Mónica Fuster y Marian F. Moratinos son artistas de largo recorrido y, pese a los nervios que cualquier puesta en escena llevan cosidos a su piel, saben que en la hora indicada los invitados a la fiesta podrán darse un atracón de arte.

Perpleja y con el móvil apuntando fijo, Maria Antònia Munar se prestaba a ejercer de cazatalentos y le daba al clik a un avión rosa que, portado por un trailer, estaba justo delante de la Old Truman Brewery, el espacio que desde ayer y durante dos semanas acogerá las propuestas artisticas de los cinco de Mallorca. Algunos creían que era una pieza del afamado grafitero Bansky, quizá por la hermandad cromática con el viejo coche que está situado a escasos metros, y que le ha granjeado fama mundial. No era de él y tampoco de los cinco de Mallorca, pero prestó un servicio gratuito del todo inestimable en una ciudad como Londres que parece ajena a cualquier novedad, loba como es de grandes fauces.

Madame Excuse le daba al plato pinchando música "muy seleccionada" de jazz, funcky y soul, Eddie Henderson y Lorca, entre otros.

Juan José Mazarredo, agregado cultural de la embajada de España en Londres, asistía curioso a la inauguración, mostrándose muy interesado en saber porqué Amparo Sard no ponía un punto de color a sus dibujos perforados en blanco. George Stolz, crítico de arte y comisario, reflexionó su parecer de la colectiva artística In Flux, para cuyo catálogo ha redactado unos brillantes textos, muy escuela anglosajona, es decir, claros y con una estructura narrativa muy bien argumentada.

"Dentro del discurso del arte global, y al margen de entrar en localismos, esta exposición aporta tanto en la revisión de técnicas como en la de las formas narrativas", opinó el crítico que escribe en The New York Times y Art News, entre otras publicaciones.

Si la idea era que esta corriente de flujo que emana del arte que se hace en el cruce de caminos que es la isla de Mallorca alcanzase eco en la orilla del Támesis, hay que decir que se logró. La joven artista Kathie Patterson, que ha sido elegida por la Tate Modern para una intervención sonora, y que expuso en Can Marqués de Palma, tiempo atrás, en Ausencia de presente, entabló conversación con Mónica Fuster, puesto que ambas comparten su pasión por crear lazos entre la ciencia, la tecnología y el arte. Hijas de una generación de artistas que gustan del trabajo en equipo, Nieves Barber las invitó ayer a participar en un proyecto conjunto.

Con Pep Guerrero la respuesta fue inmediata. Los ingleses establecieron partidas que pusieron en jaque a más de un caballero frente a una lady que las ganaba todas. También, pero sin atreverse a play game, una pareja de sijs miraba con asombroso detenimiento cómo el rostro de la mujer renacentista estaba plasmada con tanto esmero.

Escocia

Si inicialmente la idea era que In Flux viajase a Berlín, todo parece indicar que desde el Parlament balear y el Institut d´Estudis Baleàrics los intereses estén puestos en Escocia. De hecho asistió a la inauguración algún representante del país, invitado por Maria Antònia Munar. Ahora habrá que ver si la óptima iniciativa de los Shakouri, apoyada por el IEB, se traduce en nuevos proyectos para los cinco artistas de Mallorca que han participado en la colectiva. En alusión a la instalación de Teresa Matas que habla del vaciarse y del rebosar de los líquidos , Brick Lane puede ser altavoz donde se conecten los vasos comunicantes de las distintas orillas culturales.

No se descarta, además, que Glasgow se sume a esta iniciativa de exportar las obras de los artistas que han participado en In Flux, una muestra que ayer, tras más de tres horas de su inauguración, fue reclamo masivo entre las miles de personas que pasan cada domingo por los mercadillos del barrio de Brick Lane. Caía el sol, descendían las altas temperaturas, y el estilo casual de las vestimentas era contemplado con sana envidia por algunos de los invitados mallorquines, mucho más recatados en el vestir, como todos ya sabemos.

Entre los que no quisieron perderse la ´fiesta´ In Flux, Bartomeu Vicens, en "calidad de diputado por UM", como indicó Sebastià Serra. Xavier del Hoyo, del IEB, se jugó una partida de este futbolín inventado por un español y ahora recreado por Pep Guerrero, a ritmo de la música de Madame Excuse. Sin excusas, of course, para no caer en la tentación de marcarse un baile.