Las radiografías no sólo ayudan a diagnosticar dolencias en enfermos, sino que pueden formar parte de los materiales que un artista se apropia para conformar una pieza artística. Paco Espinosa es uno de esos ingenios que manipula desechos, sin padecer el síndrome de Diógenes, para mostrar su enamoramiento por el arte hasta el fondo, donde nadan los peces negros que nunca ven la luz. Aunque él sí que la vislumbra. La exposición When the time is dark se inaugura hoy a las 20 horas en la galería Altair y podrá visitarse hasta finales de diciembre.

En la muestra se recogen siete piezas, varias de ellas en tres dimensiones, creando espacios voluminosos. El mallorquín se pierde en los claroscuros de las radiografías buscando recovecos de luminosidad porque "trato de ofrecer un mensaje optimista". Con láminas de aluminio, plexiglás, cristales y hierros engendra un artefacto que es el punto de partida para una expresión libre de sus emociones, separada de una diagnosis de la sociedad externa, aunque implícitamente esté presente. "A nivel colectivo, la nuestra es una época con muchos despropósitos y fracasos del individuo", y en el fondo todo ello marca el estado de ánimo de Espinosa, aunque no sea el motor principal del proceso creativo. No le interesa el arte descriptivo, sino la abstracción que es "como la poesía, que posee mayor capacidad de síntesis y de expansión". El arte de la métrica es el vademécum compositivo de su obra.