Borja Casani no puede evitar involucrarse en proyectos culturales siempre a tenor con los tiempos que corren. Desde aquella efervescencia llamada movida madrileña, el que iba para ejecutivo de la Fiat, fue, siempre discretamente, protagonista de diversas iniciativas. Editor de las revistas Sur Express, El Europeo, la galería Moriarty fue su puntal durante sus primeros y fecundos años. Ahora regresa con un proyecto, el artDVDbook que "enseña de forma clara, con un libro y en ordenador, los trabajos artísticos de autores contemporáneos y comprometidos con su tiempo", explica. Lo contará en la Tertulia@Deià.

Pese a asegurar que "ya no tengo edad para hacer una revista que explique lo que está pasando", el motor de Casani bombea ideas. Como otro proyecto, el vídeoDiccionario, en el que cien artistas de todo el mundo trabajarán, respectivamente, un centenar de palabras. Por España se han seleccionado: Mireia Masó, Antoni Muntadas, Juande Jarillo, Alicia Framis, Fernando Baena, Julia Montilla y Mauro Entrialgo.

"Soy editor desde hace diecisiete años de revistas y ediciones especiales como libros comunes y vivenciales. Por ejemplo el viaje que hizo en tren Ramon Chao con Manu Chao, Tren de fuego y hielo, en el que narra como padre y como alguien ajeno a la música lo que provocaban en las gentes Manu Chao al llegar a Colombia", comenta Casani.

Precisamente el mundo de la edición le colocará en la misma mesa de debate que a Beatriz de Moura, Antonio López Lamadrid y Basilio Baltasar, en la tertulia del sábado en Deià.

"Antes había poca edición y muchas ganas de leer. Ahora es todo lo contrario que quince años atrás. La avalancha de títulos de todo tipo requiere una opinión personal y una idea propia. En mi opinión es falso que todo lo que se edita en España sea malo, junto a las propuestas más comerciales de las grandes compañías, está lo clásico. No hay que desasosegarse", opina. Remata: "La realidad es fragmentaria y te la tienes que coger tú".

Artistas

El mundo del arte y sus protagonistas lo conoce al dedillo. Desde aquella ventana que fue la galería Moriarty a esta última aventura de artDVDbook, un proyecto que permite a los creadores "moverse con libertad y democratizar para el espectador el acceso a la creación", Casani esboza el retrato de los llamados artistas. Un concepto que él extiende a escritores, músicos, gentes de las artes plásticas...

"En cultura hay dos tipos, los artistas y los profesionales del negocio. Entre éstos no hay artistas, sí hay aquellos que se llaman así y tienen éxito. Luego están los reales. Unos se adaptan al mundo del negocio y otros no.

Preguntado si él se considera un artista de la edición, la respuesta es rápida: "No me lo considero. Esa palabra me da una sensación angustiosa. Sí me consideraría que soy alguien que trabaja con ellos".

Explica cómo cree que son en una larga reflexión que casi musita: "Un artista es el que no tiene otro remedio. Es como el que se enamora, le pueden decir que le va a ir fatal, que está loco, pero no puede remediarlo; está enamorado. Son aquellos que su forma natural es artística y lo desarrollan de una manera fluida. Es aquello tan clásico del sacerdocio. Se estropeó con el negocio de masas y luego se puso de moda serlo, aquello de ¡voy a ver si soy artista! Hoy muchos han nacido de ahí. Conocen los guiños del mercado y tienen un punto de vista. Pero para mí el artista tiene una sensibilidad distinta".