El peruano Jaime Bayly, que en la medianoche del sábado quedó finalista del Premio Planeta en Barcelona con su novela Y de repente, un ángel, premiada con 150.250 euros, es ahora firme candidato a ganador del galardón mejor dotado en lengua castellana en un futuro no muy lejano.

La mallorquina Maria de la Pau Janer, que habitualmente escribe en catalán y ganadora de la polémica edición durante el pasado fin de semana con Pasiones romanas (601.000 euros), ya fue finalista hace tres años con otro texto, Las mujeres que hay en mí, fecha en que se incorporó a la nómina de la todopoderosa Editorial Planeta, cuyo fundador, José Manuel Lara Hernández, convocó por primera vez este premio en 1952.

Otros escritores -Fernando Sánchez Dragó, Mercedes Salisachs, Fernando Schwartz- fueron finalistas antes de conseguir el ansiado galardón. Bayly, que ha destacado por la comercialidad de sus obras, ahora solo tiene que esperar y preparar un texto que satisfaga a los "ojeadores" de la editorial.

Las críticas feroces del escritor Juan Marsé, miembro del jurado y ganador del Planeta en 1978 con La muchacha de las bragas de oro, en los prolegómenos del fallo del premio a la calidad de las novelas, no impedirán que la editorial que capitanea José Manuel Lara Bosch despliegue todas sus armas para lograr el éxito de ventas de los dos títulos premiados.

El hecho de que Marsé destapara la caja de los truenos, no impidió que Janer y Baily se aplicaron el refrán del Quijote, al que también hizo referencia en la pasada Cumbre Iberoamericana de Salamanca el presidente venezolano: "Ladran luego cabalgamos".

Mientras la bella escritora mallorquina aseguraba que las discrepancias dentro del jurado "le dan la vida al premio", el literato bisexual peruano, un autor que se desenvuelve como pez en el agua en los ámbitos del escándalo y la provocación, dijo al día siguiente del fallo del jurado que "esta mañana quiero mucho más a Marsé" y prometió comprarse "todos los libros que aún no he leído de él" antes de regresar a Miami.

"Me gusta la actitud de viejo cascarrabias de Marsé, esa rebeldía crítica que hace bien al premio y a la literatura", indicó el autor de No se lo digas a nadie.

Durante la comparecencia ante los periodistas en el previo a la concesión del premio, Lara no movió un músculo mientras Marsé despotricaba contra la calidad baja, "y en ocasiones subterránea", de algunas de las novelas finalistas.

Tras la tempestuosa rueda de prensa, numerosos críticos e informadores presentes en la ceremonia del fallo, se preguntaron cómo sería la calidad de las 407 obras que no pasaron la criba, si tenemos en cuenta que la calidad de algunas de las diez finalistas era "incluso subterránea".

Javier Marías, uno de los escritores más vendidos dentro y fuera de España, comentó el lunes en Madrid lo ocurrido en el Planeta y afirmó que este tipo de galardones "casi nunca son claros", por lo que, añadió, "no acabo de entender que algunos escritores participen en este tipo de historias".

"En estos premios, la turbiedad en sus mecanismos y métodos se da por descontada", por lo que "lo más sensato es no participar", dijo Marías en la presentación de dos nuevos libros suyos.