El artista Joan Hernández Pijuan ganó ayer el Premio Nacional de Arte Gráfico en reconocimiento a su trayectoria, en tanto que el bilbaíno Darío Urzay ha merecido este galardón por la labor realizada durante el año, y el lisboeta Pedro Calapez, por sus innovaciones en esta modalidad artística.

El nuevo premio, que es heredero del Premio Nacional de Grabado (1993-2002), fue convocado por la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes y patrocinado por la Fundación ICO. La dotación es de 9.000 euros en cada modalidad.

En el caso de Hernández Pijuan (Barcelona, 1931), el jurado ha tenido en cuenta la dedicación continuada de este artista al arte gráfico "desde el cultivo de sus diferentes modalidades, a la enseñanza y difusión a través de relevantes exposiciones y ediciones. En este artista converge el conocimiento de las técnicas con una sólida propuesta creativa", se afirma en una nota difundida ayer por la Calcografía Nacional.

El jurado que ha fallado este premio estuvo presidido por Antonio Gallego y formaron también parte de él expertos en arte contemporáneo procedentes de distintos ámbitos geográficos como Miguel Fernández-Cid, Daniel Giralt-Miracle, Javier González de Durana, Guillermo Solana, Yolanda Romero y Javier Blas, este último en calidad de secretario.

Dario Urzay (Bilbao, 1955) ha ganado otra de las modalidades del Premio Nacional de Arte Gráfico 2005 por la reciente actividad que ha desarrollado tanto en la exposición Gekleurde VoRmgeving: Kunst-Desing en het Dagelijkse Leven como en sus últimas ediciones de estampas para la galería Estiarte de Madrid.