Can Marquès es una de las edificaciones más notables del último cuarto del siglo XVIII en Palma. Según detalla la historiadora del arte Aina Pascual, "la historia de los constructores de esta hermosa casa está vinculada estrechamente a este barrio comercial que vivió sus momentos de esplendor en los siglos XVII y XVIII". Fue en el siglo XVIII cuando familias como los Mayol, Marcel y Massà-Ripoll se enriquecieron y construyeron o reformaron sus propiedades de manera suntuosa, a imagen y semejanza de las de la nobleza.

Con el paso de los años, la casa fue rediseñada, pero gran parte de Can Marquès ha conservado su trazado original, como por ejemplo el patio, la elegante fachada y unos interiores que, aunque incompletos, conservan la distribución, volumetría y elementos arquitectónicos originales.

Una rehabilitación concienzuda y respetuosa durante seis años ha contribuido a devolver el esplendor a esta mansión que ahora abrirá sus puertas por primera vez a los mallorquines (información en el teléfono 617 405730).

El visitante podrá acceder a su interior y deleitarse no solamente con un tesoro del patrimonio palmesano, también con la obra de un reconocido artista austriaco, Paul Renner, que ha querido rendir homenaje al patio mallorquín con pinturas e instalaciones dispersas por seis de sus salas. La muestra ha sido comisariada por María José Corominas.

La obra de Renner está vinculada estrechamente a la cocina, "un arte que concibo como una terapia", apunta el artista.

Inspirándose en el Die Balearem del Archiduque Luis Salvador y sumergiéndose en la historia de Can Marquès, Renner ha desplegado todo su saber artístico y culinario, proyectado en instalaciones con envases de setas, mosaicos de café, pinturas con tortugas o un conjunto de cuatro torres que miran al mar como lo hacían hace siglos desde lo alto de Can Marquès.

La muestra se inauguró ayer de modo privado con una cena preparada por un equipo de treinta cocineros dirigidos por Ferran Adrià. Durante el acto se proyectó un audiovisual sobre Renner, que durante años formó parte del Club The Hell Fire Touring, con dos compañeros poetas.

Hoy se abrirá al público y cerrará sus puertas el próximo 3 de diciembre, con otra cena dedicada a los productos mallorquines en la que habrá deliciosos platos compuestos por testículos de atún o sangre de tortuga.