Cuando el Parlamento es un teatro

¿Cuántas veces hemos dicho que los políticos "hacen comedia", o que "el parlamento es un teatro" (como reza un cartel de la Sala Mirador madrileña)? Pues bien, este pequeño pero excelente montaje de Teatre de Ponent (bien por el Sans, por arriesgarse a programarlo) transforma en pieza escénica sendos discursos de Francesc Cambó y Lluís Companys, de los años treinta; de los cuales obviamente, dados los medios de la época, no ha quedado registro audiovisual. Apabullante, la vigencia de estas intervenciones, ambas referidas al episodio traumático del 6 de octubre de 1934, cuando Companys, presidente de la Generalitat, proclamó "el Estado catalán dentro de la República Federal española". Aquello era ilegal y la autonomía fue suspendida, pero se debía al pánico a que el fascismo asumiera el mando en Madrid. Afortunadamente el entorno no es tan traumático (entonces se discutía a tiros), pero buena parte de los contenidos resultan de una actualidad desazonadora. Y qué oratoria; deprimente, el parangón con la política de nuestro tiempo. No deja de ser curioso (también subjetivo) que uno entienda algo mejor al razonable Cambó (con alusiones elogiosas a Maura incluidas), que acabó apoyando a Franco, que al exaltado patriota Companys, que terminó fusilado por la dictadura gracias al colaboracionismo francés, como Camus denunció reiteradamente. En cualquier caso, éste es un espectáculo que debería ser declarado de utilidad pública, con una sobria pero eficaz puesta en escena de Frederic Roda Fábregas y una sensacional interpretación de Carles Martínez, capaz de dotar de solidez carnal a estos dos personajes capitales de la historia contemporánea.