-¿Cómo surgió la idea de crear esta comedia musical junto a Ricardo Castella?
-Estuvimos tres años con Nunca es tarde y al terminar decidimos hacer un hermano mayor. Nunca es tarde era una serie contada a la gente en formato teatro. Se tenían que imaginar las localizaciones y los personajes. Decidimos hacer un hermano mayor para ver si nos llamaban de Hollywood y nos metimos en un largometraje con esta comedia romántica musical. La idea es enseñarla en teatros y, si gusta, cruzaremos el charco.
-¿Con qué se encontrarán los espectadores?
-Van a ver a dos tipos representando una película al completo. Tanto Ricardo como yo interpretamos a los personajes de la película y hacemos la banda sonora en directo. El público tiene que venir dispuestos a imaginar porque es verdad que no hemos podido llevar Nueva York a Mallorca.
-¿Verán a un Ángel Martín en todas sus facetas?
-Sí, aunque se verán algunas facetas de las que no estoy muy orgulloso. Hay cosas de las que me avergüenzo y, en un momento del espectáculo, pido a la gente que lo que pasa en el teatro, se quede en el teatro. Espero que la gente de Mallorca se comporte igual que el resto de espectadores que han mantenido el secreto.
-¿Las canciones son inéditas?
-¡Sí! Las hemos creado nosotros, no son adaptaciones. Son creaciones para el espectáculo.
-¿Por qué dos humoristas se aventuran a escribir esta comedia romántica?
-Precisamente por la inquietud que genera que dos tíos como Ricardo y yo escriban una comedia romántica. Creo que hay algo muy inquietante para que nosotros dos hayamos escrito una obra de estas características. Puede que no haya nadie con un aspecto menos romántico. Nos parecía interesante porque es un tema muy universal. La idea parte de un tío al que le han dejado nueve veces y, por eso, se pregunta si se trata de una maldición. Su manera de recuperar la fe en el amor es encontrar a una chica, enamorarla y dejarla él por primera vez. Su única condición es que la chica no sea muy rara. Teníamos la sensación de que a todos en nuestra vida nos han dejado muchas veces y nos parecía que el amor es un tema lo suficientemente universal como para escribir algo. La gente que acuda al teatro y esté enamorada, se sentirá identificada con los personajes porque los hay que están enamorados pero si a uno le acaban de romper el corazón, también se sentirá cómodo porque aparecen en escena personajes en esta situación.
-Entonces, es la comedia ideal porque pueden ir tanto los enamorados como los que tienen el corazón roto.
-¡Sí! La verdad es que nos divertía esa idea. Cuando uno se enamora, se coloca en un punto de entusiasmo muy desmedido e idílico y cuando le dejan, se pone en un estado muy lamentable.
-¿Hay cuestiones personales en la obra?
-Los nombres que aparecen son ficticios y cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia, pero siempre bebes un poco de amigos y de situaciones personales.
-¿Cómo vendería Love Pain Love en pocas palabras?
-Ricardo Castella y Ángel Martín han escrito una película de amor. Este titular es lo suficientemente inquietante como para querer ver este espectáculo. Es la futura comedia romántica que va a desbancar a Pretty Woman. Es el futuro éxito 2015-2016.
-¿Qué director puede llevarla a la gran pantalla?
-Nos hace mucha gracia pensar “te imaginas que lo ve Sánchez Arévalo y le apetece llevarlo al cine”. Pero también tiene momentos que son muy Álex de la Iglesia y otros, muy Vigalondo. Tiene ingredientes de todos ellos. Lo ideal es que se juntaran y decidieran dirigirla entre los tres. La película sería impecable porque tiene un poquito de cada uno de ellos.
-¿Supongo que ya habréis imaginado a los actores?
-Nos gustaría que fueran Ryan Gossling y Natalie Portman.
-Le vemos en La 2 con Órbita Laika. ¿Los temas científicos entran mejor con toques de humor?
-Cualquier cosa entra mejor con un toque de humor. El toque de humor desmitifica la sensación de que la ciencia es aburrida, pesada o para gente muy intensa. Estoy conociendo a mucha gente del mundo científico y cuentan con un sentido del humor impecable, muy divertido. El humor debería estar en todo, porque todo se hace más llevadero.
-¿La ciencia explicada para una persona que no es experta entra mejor?
-Mi figura en Órbita Laika es la del espectador medio. Sirve como nexo entre el experto y el inexperto. El presentador es alguien que plantea las mismas dudas que puedan tener los espectadores en casa pero nunca me atrevería a explicar nada de ciencia, pero ayuda ver a alguien que está como tú. Si uno ve un programa donde todo el mundo sabe mucho, el espectador se siente pequeño. Órbita Laika lo que tiene es que tanto el presentador como el invitado son gente que no está muy puesta en ciencia aunque nos hemos llevado alguna sorpresa. Intentamos que sean personajes ajenos a la ciencia para que el espectador se sienta más identificado.
-¿Qué le animó a aceptar este proyecto?
-Que no tenía ningún sentido. Me parecía una absurdez de programa, una locura. Me lo plantearon así: “Tenemos algo que creemos que no tiene ningún sentido que te llegue a tí, a ver si te interesa”. Realmente no tenía ningún sentido y me apunté porque me parecía una apuesta arriesgada. Me aburre cuando te proponen cosas que son una adaptación de otro país. Me parecen más interesantes las propuestas que no hemos visto y que son novedosas. La novedad del formato me pareció lo más interesante para tirarme de cabeza.
-¿Dónde reside el éxito?
-En la novedad del formato. Creo que no había nada así. Los programas de ciencia se colocaban en un lenguaje que no era interesante para el espectador medio porque era muy denso. Órbita Laika es como si estuvieras en el salón de tu casa y empezaran a hablar de cosas en tu mismo lenguaje. Es decir, bajan a tu nivel para que entiendas unos conceptos básicos. Lo que nos divierte es que uno se quede con algo y le pique la curiosidad. Órbita Laika es un centro de popularización de la ciencia. Aquí reside el éxito porque desmitifica la ciencia.
-¿Ángel Martín hace las cosas por convicción o por diversión?
-Es una mezcla de ambas, por convicción y por diversión.
-¿España puede presumir de buenos cómicos?
-¡Sí! El problema que tienen mucho de los cómicos españoles es que se menosprecian. Es un error porque tenemos cómicos muy buenos. Los humoristas de aquí están siempre con la mirada a los norteamericanos pero España cuenta con muy buenos cómicos. Eso sí, en televisión no les permiten hacer el contenido que ellos podía alcanzar. En televisión no tienen la libertad que deberían tener y me da pena. Pero cuando uno asiste a sus espectáculos, se da cuenta del nivel de sus creaciones. Hay cómicos brillantes y mucho talento.
