Joan Barceló admite que es un "autodidacta" y siempre hace "lo que le apetece". Este músico de la Simfònica ha decidido coger la batuta de la Orquestra Jove de les Illes Balears, una formación que hizo su primer concierto en enero de este año y que el domingo a las 19 horas estrenará temporada con el recital Sinestèsies amb la col·lecció d'Es Baluard en s'Aljub. Contará con un solista de lujo: el trompa de la Orquesta Nacional de España, Javier Bonet.
-¿Con qué repertorio estrenarán temporada?
-El recital arrancará con las Danzas Rumanas de Béla Bartók y continuará con el Concierto Número 4 de Mozart con Javier Bonet como solista. La tercera pieza será la primera sinfonía de Beethoven.
-¿Qué supone para una joven orquesta arrancar temporada arropada por Javier Bonet?
-Es un auténtico lujo porque no solo es que sea trompa solista de la Orquesta Nacional de España, sino que es reconocido en todo el mundo. Es una experiencia muy bonita porque ha grabado en Alemania los cuatro conciertos para trompa de Mozart bajo la batuta de Hermann Baumann, que es la gran personalidad dentro del mundo de la trompa.
-Y como trompa de la Simfònica, ¿qué implica ahora ponerse a dirigir ni más ni menos que al prestigioso solista?
-Un susto importante [risas]. No es un susto pero es una enorme responsabilidad pero al mismo tiempo es un gozo porque con esta gente la música va sola. Me apetece mucho trabajar con él porque es una experiencia nueva ya que solo hace dos años que dirijo.
-La Orquestra Jove ha empezado pisando fuerte. El primer concierto fue en enero y ahora ya presentan nueva temporada con este cartel.
-¡No hace ni un año! Debutamos en enero y el balance ya es más que positivo. Me gustaría destacar el gran trabajo que ha hecho Joan Laínez desde la gerencia para mover esta formación. Empezamos con ocho jóvenes y ya superamos los 30. En estos primeros meses, los músicos han tenido la oportunidad de estrenar a nivel nacional el réquiem de Goodall, que sonó por primera vez en Felanitx y luego lo llevamos a la Sagrada Família. Asimismo estrenamos la sinfonía Tramuntana de Antoni Mairata, una obra realmente fantástica dedicada a la Serra.
-¿Qué otros conciertos habrá esta temporada?
-Repetiremos el recital del domingo el 15 de noviembre en La Porcíncula y el 20, en Felanitx. Como solista tendremos a José Fortea de la Simfònica. Nos planteamos hacer tres programas al año. Esta temporada continuará con la Misa de los Niños de John Rutter junto al coro Ciutat de Mallorca y el Teen Spirit Chorus. Para final de curso tenemos preparado un concierto de solistas.
-¿Qué les animó a crear una joven orquesta?
-Soy un autodidacta. En esta vida intento hacer lo que me apetece. Lo probé y me gustó. Del primer día a ahora, el cambio es brutal. Soy de los que piensan que uno aprende haciendo cosas. También tengo la experiencia de estar 26 años sentado en una silla de la Simfònica viendo desfilar a muchos directores. De todos ellos puedes aprender cómo hacer las cosas y cómo no debes hacerlas.
-¿Con qué objetivo nació esta formación?
-Nació claramente con un objetivo pedagógico para enseñar a los jóvenes a trabajar dentro de una orquesta, que es diferente que una banda de música. Digo diferente, no es ni mejor ni peor. Soy un gran defensor de las bandas porque el 95% de los músicos hemos salido de ellas, pero la manera de trabajar es diferente. Es tener una experiencia por si llega un día que entren en una orquesta.
-Músico de la OSIB, director de la Orquestra Jove y cantante de Orrifar. ¿Se ha planteado llevar música clásica a una verbena o temas verbeneros a la orquesta?
-Me imagino más llevar versiones de Horris Kamoi u Orrifar a la orquesta, puede ser entretenido. Me lo preguntan constantemente pero es que se pueden hacer las tres cosas porque todo es música. Es separar cada disciplina en su momento. La música clásica me ha ayudado para la música de verbena y la de verbena para tocar en la orquesta.
-Con este proyecto, ustedes trabajan para que los jóvenes amen la música mientras que el Gobierno central lo hace para sacarla de las aulas.
-Debería estar penalizado por la ley. Es una vergüenza que los dirigentes piensen que la música estorba a otras materias. Es de una ignorancia brutal.
