En el octavo disco de estudio de su carrera, Concha Buika abunda más que nunca en las letras en inglés en "un homenaje" a este idioma y demuestra otra vez que es una artista escurridiza en naciones y etiquetas musicales. "Soy una embajadora del estilo mutante multiforme", bromea.

Titulado como el primer sencillo del álbum, una pieza de "calentamiento" que surgió hace unos meses, este Vivir sin miedo (Warner Music) defiende "el derecho a individualizar el sentimiento de estar bien y a compartirlo, en un mundo en el que hemos aprendido a asumir grandes culpas".

"En estas sociedades tan complejas, convulsas y reaccionarias, estamos acostumbrados a sentir daños colectivos; lo que pasa lo sentimos mucho todos, y luego nos juegan a la división, a que estamos más bien separados", explica la artista.

Frente a esa información "mentirosa", ella contrapone cómo "cada noche en cada país del mundo los teatros se llenan con gente que paga por escuchar a otra gente cuyo idioma no entiende y para dejarse llevar".

María Concepción Balboa Buika (Palma, 1972) es un ejemplo claro de conciliación global. Ha cantado en español ("obviamente es mi lengua", dice), en francés, en armenio, homenajeó la canción mexicana, el blues... y ahora el inglés, "un idioma universal que te salva la vida estés donde estés" y que suena mejor según las melodías.

"Soy hija de inmigrantes guineanos, nacida en Mallorca y criada en 25.000 lugares. Soy una mezcla de países y así vivo", reivindica esta vocalista que rechaza cualquier presunción de que el mayor uso del inglés en las letras de este disco busque mayor proyección internacional o "hacerse la americana".

De hecho, presume de que "si no hubiese nacido en España, no habría tenido tanto arte".

Entre las colaboraciones, que incluyen a la dama alemana del neo soul Meshell Ndegeocello y al cantaor flamenco Potito, destaca también la presencia en el segundo sencillo, Carry your own weight, del estadounidense Jason Mraz.

Fue una idea del coproductor del disco, Martin Terefe, conocido por sus trabajos previos con Coldplay y Zaz y al que escogió porque la ayudó a canalizar sus impulsos, sin atarlos.