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Ganadora de la 64 edición del premio Planeta

Alicia Giménez Bartlett: "Mi novela está comprometida con la realidad pero no levanta el puño"

"Me he ido a Vinaroz, que es el primer pueblo tras la frontera, por si acaso"

La escritora Alicia Giménez-Bartlett, ayer en Barcelona.

"Mi novela no tiene nada de autobiográfica, quizá sí tiene una cierta investigación de cosas que están sucediendo en la sociedad hoy en día cerca de nosotros, con jóvenes que pierden su trabajo y se ven empujados a bailar desnudos", señaló ayer la ganadora de la 64 edición del Premio Planeta, Alicia Giménez Bartlett, que con su obra Hombres desnudos aborda "el cambio social no solo de la crisis, sino de los roles respectivos de hombres y mujeres".

La autora de la saga Petra Delicado aclaró que tiene "otras inquietudes más allá de la novela negra" y que este género no le servía para "explicar la actual crisis".

"La novela negra tiene unas reglas muy rígidas y en una historia como está tenía que ser algo más psicológico. Pero no pienso dejar la novela negra, volveré", agregó en la tradicional rueda de prensa celebrada al día siguiente de proclamarse vencedora del hito más importante de las letras españolas.

La obra premiada, que será publicada por Planeta el próximo 3 de noviembre, se centra en Javier, un profesor de literatura de un colegio de monjas que se encuentra repentinamente en el paro, e Irene, una empresaria recién abandonada por su marido, que se ven obligados a cambiar drásticamente para sobrevivir a la dramática situación en la que se ven inmersos. Su encuentro, en el entorno de la prostitución masculina, se convertirá en una auténtica fatalidad para ambos.

"Es una novela sin género que habla de la realidad inmediata (...) A nuestra juventud se la ha robado mucho potencial. He jugado con la mezcla de las clases sociales, que siguen existiendo y cada vez con más abismos entre unas y otras", comentó.

Giménez Bartlett subrayó que se trata de "una novela que no está escrita de un modo tan tradicional, pues hay muchos elementos distorsionantes" y puso como ejemplo "ese recurso tan naif del teatro de Lope de Vega o Shakespeare en el que un personaje, de repente, se gira y habla al público". La escritora manchega ha intentado adaptar esa técnica tan antigua, con personajes que hablan a la cara al lector.

La escritora, a quien en Italia llaman "la Camilleri española", según apuntó ella misma en referencia al autor siciliano Andrea Camilleri, el padre del comisario Montalbano, traducido a 35 idiomas, señaló que Hombres desnudos "no es una novela militante pero sí es comprometida".

"Está comprometida con la realidad, con el momento actual y poco más. No es una novela que alce el puño abiertamente. La injusticia se ve pero también se ve que se ha aceptado en este país como algo natural", explicó.

Aunque la novela empezó ambientada en Barcelona, finalmente eliminó cualquier referencia geográfica para construir "una historia que podría suceder en cualquier ciudad española o europea, aunque el lenguaje sea en momentos muy cheli, lo que será una dificultad añadida para los traductores de la novela".

La albaceteña, una de las autoras españolas más traducidas y leídas en el mundo, desarrolló toda su carrera, salpicada por premios tan importantes como el Nadal o el Raymond Chandler, con Carmen Balcells, la gran agente de la literatura en español fallecida el pasado 20 de septiembre.

"Siempre me animaba, a veces con un estilo rudo. Espabílate, trabaja un poco, me decía. Petra Delicado se ha traducido a 17 lenguas, algo que sin Balcells no lo hubiera logrado", confesó.

A pesar de su larga trayectoria, la autora de Nadie quiere saber o Donde nadie te encuentre, que recibió el premio Planeta con un jersey en el que se leía Merde!, se confiesa todavía insegura cada vez que afronta una nueva novela. "Soy como una estudiante que hace un examen" y añade: "Si antes trabajaba siete horas diarias, ahora a la cuarta estoy extenuada".

Tampoco pudo evitar referirse con ironía y humor al debate soberanista en Cataluña, donde ha vivido tantos años: "Me he ido a Vinaroz, que es el primer pueblo tras la frontera, por si acaso".

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