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Entrevista

Ángela Molina: "Me veo como una niña eterna pero también como una anciana"

"Cleopatra fue una mujer valiente y romántica que vivió el amor con gran intensidad"

Ángela Molina, uno de los rostros más importantes de nuestro cine. b. ramon

-Conquistada Mérida, donde se estrenó César & Cleopatra con los elogios de la crítica, en el Festival de Teatro Clásico, ¿se encuentran al público ya rendido desde que se alza el telón?

-Realmente es una obra muy agradecida con nosotros y le gusta mucho al público, que la disfruta, se divierte y se sorprende.

-¿Quién fue realmente la última reina del Antiguo Egipto?

-Un ser políticamente muy perspicaz, muy audaz, que se comprometía con su pueblo. Era la primera en defenderle del hambruna, de la peste, de las guerras. Era la primera en la línea de batalla, la cabeza pensante del imperio y una visionaria política. Una mujer valiente y romántica que vivió el amor con gran intensidad, tuvo muchos hijos y se arriesgó en todo en su vida y en muy poco tiempo, al morir muy joven.

-¿Qué imagen tenía usted de Cleopatra antes de estudiarla y profundizar en el personaje?

-No sabía tanto de ella como ahora. Me limitaba a sencillas nociones pero no había indagado mucho en la vida de Egipto en aquellos tiempos ni en los valores que movían la cultura. En realidad tampoco es muy distinto de lo que yo había imaginado. Al público le gusta mucho que le cuenten desde un lugar que es distinto. En esta obra interactuamos constantemente con los personajes de César y Cleopatra cuando eran jóvenes y se establece una especie de coexión entre los cuatro, dos césares y dos cleopatras, unos en el presente real y otros en la eternidad. Es un juego para sentir a César y Cleopatra vivos, porque están en la eternidad, hablando y dialogando con ellos mismos.

-¿Sobre qué cuestiones reflexiona la obra?

-Sobre el sistema político en Roma, qué significaba el amor para los egipcios, también se habla de los errores que la propia Cleopatra reconoce haber cometido políticamente, como admitir la pena de muerte, utilizada para expandir sus territorios, como se sigue haciendo actualmente. Cleopatra se permitirá decir: "Eso no lo haría nunca, no es necesario, creo que hay que conquistar la paz. Es lo único interesante de lograr y en lo que el hombre debe perserverar y nutrirse".

-Veinte siglos después el mundo sigue salpicado por hambrunas, guerras y corrupción.

-Hemos avanzado científicamente de un modo inmenso. El ser humano tiene unas capacidades indiscutibles e ilimitadas pero al mismo tiempo no logra corregir una serie de errores que llevan a siempre estar sufriendo los mismos baches sociales.

-No obstante, usted siempre se ha mostrado optimista.

-Siempre soy optimista porque lo más bello de esta creación es el ser humano, y nadie se salva solo, nos necesitamos los unos a los otros. Y eso es lo más digno y hermoso que podemos disfrutar en la vida, compartir y dar.

-¿Su fe ilimitada en el hombre nunca se ha resquebrajado?

-Hay barbaridades que suceden y no se pueden controlar pero genéricamente el hombre sabe hacer muy bien las cosas y cuando es un ser que nace y te mira a los ojos, y va creciendo, ves que el ser humano es bueno de nacimiento. Eso hay que cuidarlo y encauzarlo, para que el hombre sea consciente desde el origen de esa capacidad, de generar bien, porque es la misma felicidad al mismo tiempo.

-Le formulo dos preguntas que en la obra se hacen los personajes. La primera: ¿qué hubiera hecho usted que no ha hecho de volver a vivir?

-Buff, eso no me lo pregunto yo porque con lo que tengo, estoy tan feliz y tan comprometida, que no me da para más. Ojalá viva eternamente, esa es la cuestión.

-En más de una ocasión ha dicho que se ve a sí misma como "una niña eterna".

-Sí, como una niña eterna pero también como una anciana. Nunca debemos olvidar la niña que llevamos dentro.

-La segunda cuestión: ¿qué es lo que de ninguna manera repetiría?

-El dolor de muelas (risas). Lo que no me gusta son las cosas que nos duelen a todos.

-¿Un trabajo con Emilio Gutiérrez Caba siempre resulta más fácil?

-Emilio es adorable, un profesional magnífico con el que he trabajado durante mucho tiempo. Nos conocemos muy en el trabajo y fuera de él somos amigos. Es una gran satisfacción coincidir con él, como también con Lucía Jiménez y Marcial Álvarez.

-¿Qué le ha exigido Magüi Mira, la directora?

-Magüi no exige, lo da todo. Es una persona entusiasta y una directora que parte del respeto y el compromiso de los actores. Ha sido muy precioso poder compartir con ella esta experiencia. Ha valido la pena el esfuerzo.

-Tras cuatro décadas de carrera acumula más de doscientos personajes. ¿Una vez encarnados y brindados al público, qué hace con ellos?

-Conviven conmigo. Me temo que ya es inevitable poder separarme de ellos. Realmente van moviendo mi forma de ser, me hacen conocerme y me descubren otros caminos a través de ellos mismos. Llegan a ser parte de uno mismo.

-¿Qué lección, si le ha dado alguna, le ha transmitido esta Cleopatra?

-Yo la quiero mucho como es, una mujer consciente de sus errores, que los ha cometido siempre de alguna manera con una inocencia, por eso se le perdona. Pero no por eso deja de saber muy claramente qué no repetiría y qué cosas volvería a hacer de otra manera.

-Estos días también podemos verla en el cine, con Lejos de los hombres, junto a Viggo Mortensen, un "admirador", según sus propias palabras, de Albert Camus. ¿Coincide con el protagonista y productor de esta película?

-Sí. Camus siempre fue independiente y comprometido, y adoro su escritura como ensayista y poeta. Lejos de los hombres es una película que nos enfrenta como seres humanos desde unos lugares donde uno tiene que desprenderse de todo lo que ha significado una creencia y tiene que volver a existir como ser humano, desnudo fuera de lo que supone defender unos principios. Tiene que, desde cero, edificarse como ser. El filme es un homenaje a la amistad y al descubrimiento de los valores humanos a través de la necesidad real. Un viaje hacia el interior del ser humano.

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