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Crítica de cine

Esto tampoco es una película

Superado el arresto domiciliario, reflejado en el documental Esto no es una película, el cineasta iraní Jafar Panahi sigue siendo un proscrito. Los dirigentes y jueces de su país le han prohibido salir del país y hacer películas. Vetos absolutos. El único resquicio que ha encontrado es rodar a hurtadillas y sacar las películas fuera del país a través de simpatizantes. Así realizó, la peli citada, Pardé (2013, no estrenada en España) y ahora Taxi Teheran.

El formato no es nuevo, tomar el pulso de sus paisanos camuflándose de taxista. Por prudencia ha recurrido al docudrama. Situaciones en apariencia reales, espontáneas, son recreadas por familiares, amigos o conocidos. El arranque es algo plano: un hombre, machista y muy pro régimen discute con una profesora; después el taxista ayuda en un accidente de tráfico y recibe a un vendedor ilegal de dvds. La escena del pez tiene gracia y muestra una curiosa tradición de esa gente. La llegada de la sobrina y la abogada activista justifican la película. La niña, interesada en rodar un corto, recita el decálogo para que un filme supere la censura de ese país. Mandamientos que firmarían Kim Jong-un y muchos otros sátrapas. El relato de la abogada, su labor, es encomiable. Como el cineasta, es suficientemente inteligente para no infringir leyes o normas evidentes. Pero es inconformista, y van a por ella. El cierre, por muy actuado que sea, asusta.

Formalmente, máxima simplicidad: un cuasi plano secuencia con luz natural, sin que las cámaras salgan del vehículo en ningún momento. Al volante, Panahi. Dando y poniendo buena cara, jugándose una nueva condena.

Taxi Teheran

****

Nacionalidad: Irán, 82 min.

Director: Jafar Panahi

Actores: Jafar Panahi

Cines: Augusta, CineCiutat

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