Los libros, la literatura y los argumentos de los aspirantes ocuparon, salvo la introducción política, buena parte de la presentación de los jurados del LXIV Premio Planeta este miércoles. La otra parte, la dedicó la mesa presidencial a tejer un perfil de Lara: magnífico editor; lector empedernido; conocedor al detalle de las obras que editaba; esforzado ante la adversidad de la enfermedad; transparente.

Juan Eslava García goteó un nombre en el suspense del favorito: Javier Sierra, esa especie de Dan Brown (Código Da Vinci ) a la española. "Yo lo vi antes por el hotel", afirmó como respuesta a los indicios desarticulados por un periodista. Forma parte de la anualidad del Planeta, morder y soplar, y a despistar. También hubo especulación para una joven televisiva, sexual y sensual, y cuyo nombre queda en la reserva por estar abierto el vademécum a opciones varias. ¿Cuál es la línea oficial? "Una pugna entre dos novelas de mucha calidad", apuntó Eslava, algo, por otra parte, habitual en Planeta a la hora de no dar señales de humo. "Una muy alta calidad de los originales", sintetizó.

El bodegón de las diez obras que según el jurado están sobre la mesa destaca por la intriga (Agatha Christie) y el terror (Edgar Allan Poe), como ocurre con 'Sociedad Literaria Tolboth', de Margarita García Gallardo, con el epicentro literario en Edimburgo (1859), mundo muy bien alimentado por una sociedad secreta china, una red de contrabandistas y un asesino en serie, una coyuntura que, en apariencia, podría resultar deliciosa para Manuel Vázquez Montalbán, también recordado durante el encuentro de Planeta por su vinculación a los Lara.

Hay migas de pan del superventas Zafón en 'El ladrón de sueños', localizada en Zamora, conducida por un detective que investiga una novela opresiva que ha invadido su vida, y en la que el jurado ve reminiscencias del autor de El prisionero del cielo. Por destacar, entre los aspirantes Juan Burgos Baruel (nombre real) que responde de la autoría de 'Vuelo de vencejo', que viaja a la España de 1965 para trazar las venturas y desventuras de un estudiante de Arquitectura (el candidato ya fue finalista en 2013 con 'Una obstinación impuesta'). Entre las singularidades, 'Piscolaver' (de 'Amoroso'), basada en un cuidador de linces que se convierte en un asesino en serie que da de comer a los animales piltrafas humanas.

Y así un conglomerado de situaciones y expresiones que tienen en común, a juicio del jurado, la constancia del presente, el mundo que vivimos apresuradamente. Cualquiera, visto lo visto, estaría en condiciones de sostener lo contrario.