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Crítica de cine

La larga sombra de Camus

Lejos de los hombres se inspira en un relato (El rehén) y otras obras o ensayos de Camus. La acción transcurre en Argelia en 1954, justo cuando comenzó la insurgencia nacionalista. A un profesor de primaria de una escuela rural del Atlas le endosan acompañar a un criminal hasta uno de los pueblos cercanos para que lo juzguen. Aunque toda la película es un western itinerante, este arranque parece calcado/trasladado del Tren de las 3:10 de Delmer Daves. Sin embargo pasa después a terrenos más inciertos e interesantes. De las disputas tribales se mueve a las raíces del proceso que marcó, con mucha violencia, la independencia de ese país magrebí. La insensibilidad, intransigencia y hartazgo de los colonos y militares franceses provocaron un hartazgo e idéntico recurso a la violencia, en los argelinos, con el agravante adicional de la pobreza por la escasez de recursos naturales básicos.

El guión es sobrio e impecable, parco en diálogos y bien dosificados los incidentes que van magnificando el conflicto. La realización muestra los grandes espacios del semidesierto sin florituras con la fotografía. Idem con la música (Nick Cave y Warren Ellis), y las actuaciones. Mortensen clava su papel (curioso escucharle en francés y árabe, más algún taco en español), Kateb muestra la impotencia de la gente atrapada entre varios fuegos; Ángela Molina asoma con un papel de madame. Pero la película es muy relevante sobre todo porque esa situación, que vivió y tan bien describió Camus, se ha repetido medio siglo después con idénticos resultados en la misma zona (Siria, Libia Egipto, Tunez): división, odio, destrucción y muchísimo sufrimiento humano.

Lejos de los hombres

Francia, 101 min.

****½

Director: David Oelhoffen

Actores: Viggo Mortensen, Reda Kateb, Angela Molina. Cines: CineCiutat

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