Cuando la prestigiosa firma italiana Boffi pidió a Patricia Urquiola (Oviedo, 1961) que creara una cocina bajo su sello, la multipremiada diseñadora buscó en su memoria la inspiración que le sirviera de punto de partida y evocó entonces la vivienda que su abuelo clavó en las dunas de arena de Salinas, un lugar de playa en Asturias donde la familia solía reunirse. "Todo tiene que ver con la vida. Mi madre no era muy cocinera, pero en la casa del abuelo la cocina sí que era un espacio esencial en el que todo estaba a la vista, y donde todo el que quisiera podía participar en los guisos y sus preparativos. Un lugar abierto y ecléctico", rememora antes de explicar con un torrente de palabras los entresijos de su cocina Salinas en la exposición de Aquaquae (calle Llucmajor 38 de Palma).
Urquiola la concibió como una estructura modular, un software para innovar que permite eludir el imperativo constrictor de tener que ir "de pared a pared", y exhibe una actitud minimal que da pie a muchas variantes. "De este modo conseguimos no estar obligados a trabajar solo en grandes proporciones, de hecho yo trabajo para que se haga pequeña". Con aspecto limpio y racionalista, la diseñadora ha empleado materiales tan diversos como metales, papel comprimido o comento para las puertas, que pemiten docenas de combinaciones al gusto del comprador, y carecen de decoración y manillas para conservar sus líneas puras y colores naturales. El extractor de humos vertical, los desagües y una parte superior "técnica" para incorporar las luces y las tuberías dan sensación de levedad sobre una encimera de lava con los característicos dibujos geométricos de Urquiola grabados en vidrio reciclado procedente de viejos televisores.
Salinas ha sido galardonada por el Wallpaper Design Award y el EDIDA a la mejor cocina de 2015. Su creadora comparte con Boffi el interés por "integrar la cocina como un espacio de calidad, mostrando una actitud más culta hacia ella, pero sin olvidar que no estamos en el mundo del arte, sino en el del mercado", apunta la arquitecta afincada en Milán desde hace 20 años, que diseña para las firmas italianas e internacionales más importantes y ha cosechado infinidad de premios.
La estructura de la cocina de Urquiola queda rematada por una mesa de madera que asemeja una gran tabla de cortar para trabajar con comodidad, pero que en realidad al moverse serviría para dar cabida a cinco o seis comensales. "Yo creo en la calidad, no el el lujo", reconoce la diseñadora, cuyas piezas, muebles e instalaciones arquitectónicas apuestan por una organización del hogar que obliga a desprenderse de algunas paredes. La puesta de largo de Salinas ayer en Aquaquae, distribuidor en exclusiva de Boffi en Mallorca, incluyó un showcooking para sus clientes y colaboradores en su sede del Molinar.
