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Inuits

Inuits

Una de las principales diferencias que hacen de nosotros, los humanos, unos simios peculiares es que somos los únicos primates capaces de sobrevivir en climas extremos, muy alejados de ese trópico africano en el que apareció nuestro linaje separándose del de los chimpancés. En buena parte las razones que nos permiten sobrevivir en latitudes altas de frío considerable durante muchos meses del año son culturales y tienen que ver con nuestra capacidad tanto para fabricar ropas de abrigo como para controlar el fuego caldeando los lugares de refugio. Pero hay más. También se han producido a lo largo de la evolución cambios genéticos capaces de contribuir a que la dieta ayude en la adaptación al frío.

Los Inuit, esos indígenas que viven en Groenlandia y otras tierras altas del continente septentrional, en lugares en los que la agricultura y la recolección de plantas y tubérculos es casi imposible, sobreviven gracias a una dieta rica en proteínas y ácidos grasos que se obtiene mediante la pesca y la caza. Una alimentación de ese estilo tiene ventajas notorias por contener altas dosis de ácidos omega 3 poliinsaturados que contribuyen a alejar riesgos de enfermedades que van desde las cardiovasculares a tal vez algunos cánceres e incluso el mal de Alzheimer. Pero no todo son ventajas. La dieta rica en grasas de los inuit supone un riesgo notable por el aumento de los radicales libres que producen un estrés oxidativo. ¿Por qué no sufren las consecuencias que afectarían a otros seres humanos como nosotros, los europeos?

El equipo de investigación dirigido por Rasmus Nielssen, genético del departamento de Integrative Biology de la universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) ha publicado en la revista Nature Communications un estudio comparativo entre el genoma de 191 inuits de Groenlandia con menos de un 5% de ascendencia europea (de hecho un 0,5% en promedio), el de 60 europeos y el de 44 chinos de la etnia Han. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que el genoma inuit ha incorporado a través del proceso de evoluciión de los últimos 20.000 años un conjunto de alelos de selección positiva capaces de transformar los ácidos grasos en formas biológicas más activas en su efecto antioxidante. Ese beneficio adaptativo se une al desarrollo de células grasas que contribuyen a generar calor.

La evolución es un mecanismo ciego que combina la generación azarosa de variantes genéticas con el efecto selectivo del medio ambiente. El fenotipo típico de los indígenas groenlandeses, de cuerpo bajo y rechoncho, contrasta con la figura estilizada de los masai del Rit africano. Pero los efectos culturales son mucho más rápidos y potentes que cualquier cambio adaptativo. Estando en Kenia me sorprendió comprobar que las mantas típicas con las que se visten los Maa se fabrican todas en China. De dónde viene el whisky que está diezmando a los Inuit, muy sensibles a los efectos del alcohol, no lo sé.

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