El Ayuntamiento de Palma anunció ayer que pone en marcha el proceso para sacar a concurso el puesto de director de la Fundació Pilar i Joan Miró, que desde hace cuatro años ocupa Elvira Cámara.

La concejalía de Cultura del consistorio informó de esta decisión en la reunión celebrada ayer por la comisión de gobierno de la fundación, según detalló Cort en un comunicado en el que recuerda que el contrato de alta dirección de Cámara finaliza el 31 de diciembre próximo.

El concejal de Cultura, Patrimonio, Memoria Histórica y Política Lingüística, Miquel Perelló, explicó que el gobierno municipal "quiere conocer nuevas propuestas para la fundación".

Cort prevé que las bases del concurso se publiquen en octubre, cuando también se designará un jurado integrado por miembros de la comisión de gobierno de la fundación y profesionales del sector, órgano que elegirá al nuevo director en diciembre.

Se valorará su formación artística y en materia de gestión, así como su proyecto para la proyección del museo dentro y fuera de la ciudad.

"El nuevo profesional que gestione el centro artístico tendrá que cuidar tanto la proyección interna de la Miró como la projección exterior. Para la concejalía, es importante que la Fundació Miró sea conocida por la ciudadanía", dice el comunicado.

Todos los miembros que forman parte de la comisión de gobierno han querido mostrar su "agradecimiento" al trabajo realizado por Elvira Cámara durante los últimos cuatro años. Un agradecimiento que, según Cort, han hecho suyo "tanto el regidor de Cultura como Joan Punyet, representante del Patronato y de la familia Miró".

Extravío y dimisión no aceptada

Elvira Cámara asumió la dirección de la Miró en 2011 a través de un "cargo de confianza" tras presentarse a un concurso público. Su contrato era de cuatro años, tiempo en el que ha percibido el mismo sueldo que corresponde a un director general, "unos 49.000 euros brutos" anuales, según indicó en su día Fernando Gilet.

Según sus propias palabras, Elvira Cámara llegó a una Miró "de capa caída". Su currículo, "brillante y magnífico", quedó manchado con la desaparición de una obra de Miró, Maqueta para Gaudí XVIII y XIX. Durante meses ocultó el extravío. La directora presentó su dimisión pero la Fundación Miró decidió mantenerla en el cargo, con amonestación.