Los primeros compases de esta Nit de l´Art suenan a procesión. Una comitiva enfundada en color negro, con pancartas y velas, disipa rápidamente las dudas de los viandantes. "Esto es la procesión de la censura, han prohibido el arte en la calle". Habla Inma Bianchi, el faro en mantilla y gafas de sol de la protesta, fraguada al calor de la polémica con Arte Visión, colectivo que no ha podido ocupar este año la plaza Mayor por carecer de un plan de emergencia entre otras exigencias legislativas. Una veintena de artistas que se han quedado con la obra en los talleres aguardan enojados a las puertas del Solleric al alcalde José Hila (de los últimos en incorporarse a la Nit a causa de una reunión en Madrid) y al concejal de Cultura Miquel Perelló, el blanco de sus críticas, con diferentes mensajes: "Primer año de la casta", "Habéis destruido la ilusión de cien artistas". "Si tienen algo contra mí, que me lo digan y que dejen a los creadores participar. Hoy es un día de fiesta", manifiesta Bianchi, quien se quejó de que a esas horas sólo había "manteros en la plaza, y no creo que ellos tengan un plan de emergencia", ironiza.

El recorrido oficial arranca con la llegada de la presidenta Francina Armengol. Le aguardan algunos miembros de su equipo de gobierno: el vicepresidente Biel Barceló, el conseller de Trabajo Iago Negueruela y la responsable de Cultura Esperança Camps, acompañada por el director del IEB Pep R. Cerdà. La directora del Casal Pilar Ribal hace de cicerone a la comitiva oficial, a la que se suman el conseller de Urbanismo Toni Noguera, Vicenç Thomàs, el director insular de Cultura Rafel Creus, el presidente de Art Palma Xavier Fiol, la directora de Es Baluard Nekane Aramburu y del PP la portavoz popular en el Parlament Marga Prohens, Marga Durán, Nuria Riera, Joan Rotger y Catalina Sureda. Un nutrido grupo al que se suman los ciudadanos más tempraneros para sumergirse en una línea argumental hilvanada por paisajes fotográficos orientales, la delicadeza visual de la instalación de Paloma Navares, llena de condicionantes complejos y femeninos, y la escultura de signos de Marisa Albanese.

En el patio, se produce la situación incómoda: el momento de decidir si la comitiva política sale por la puerta de delante y se da de bruces con la protesta, u opta por el paseíllo de la puerta de atrás. Lo mismo que experimentó el PP en una Nit de marea verde. Quien parece tenerlo claro es el concejal Perelló: "Yo por ahí no salgo". Aliviado, dirige la mirada hacia el portal trasero, abierto de par en par. Le disuaden los suyos, van a salir por delante, mientras un miembro del PP se apresura a avisar a los componentes de la protesta de que se no se muevan de la entrada. Y sucede la foto, la imagen por antonomasia de las últimas Nits de l´Art: políticos frente a manifestantes. Y a aguantar el chaparrón. "Estamos abiertos a hacer cosas con los artistas jóvenes y las asociaciones de creadores, pero este año sólo hemos apoyado a los galeristas, que son los organizadores de este evento", explica Perelló. "A Artevisión se le dieron en 2014 en torno a 5.000 euros para organizar actos en la calle y nosotros nos preguntamos ante esta situación: ¿por qué a ellos sí y a otros no? Hay más gente que nos ha pedido cortar el tráfico, y les hemos exigido lo mismo que a este colectivo", agrega el concejal, consciente de que "es necesario revisar la restrictiva normativa del uso de calles y plazas".

El aluvión de gente se hace esperar. Son las 20 horas y la policía empieza a impedir el tráfico por Jaime III y la calle Unión: es la Nit de l´Art sin coches. Menos bicicletas de las esperadas. A las 21 horas, el Paseo Mallorca empieza a colapsarse. Por la calle Concepció, aún se camina holgado. En Sa Nostra, las últimas fotografías de Toni Catany impregnan al respetable de afectividades antiguas y de una repentina y triste percepción de que tempus fugit. Son bodegones de estados de ánimo. Abajo el chef Andreu Genestra ha preparado bocados interesantes.

Óscar Florit aplaude desde Louis 21 el nuevo formato alargado de la Nit de l´Art, con dos jornadas para profesionales. "Han funcionado. Es un paso, vamos a ir haciendo más cosas", asegura. El galerista Fiol secunda la opinión de su colega. "Ha cuajado, estamos muy contentos. Han venido aproximadamente 70 profesionales y coleccionistas de aquí y alemanes", detalla. Eva Shakouri de La Caja Blanca desvela que entre los expertos se encontraban entendidos provenientes de la Royal Academy of Arts de Londres, donde está exponiendo el archiconocido disidente chino Ai Weiwei.

"Éxito", proclama Fran Reus, lo mismo asevera Pep Pinya. En Pelaires, la urna solidaria para los refugiados se llena. La procesión negra ha quedado atrás. Ahora se despierta la fiesta. La asignatura pendiente de la Nit sigue siendo la calle, con poca propuesta artística que echar a la crónica.