Las monjas dominicas afirmaron ayer que su reclamación a los Hermanos de San Juan de Dios, gestores del convento donde ensayaba el Mallorca Gay Men's Chorus y del que ha sido desalojado, "en absoluto tiene carácter discriminatorio hacia nadie, sino que obedece al cumplimiento de la normativa de la Iglesia".

Las religiosas recuerdan que cedieron el monasterio a la Fundació Sant Joan de Déu para que fuera destinado exclusivamente "a fines sociales en el ámbito de la acogida en acompañamiento a personas en situación de exclusión social y vulnerabilidad" y con sujeción a determinadas condiciones, entre las que se cuenta la de tener que solicitar y obtener previa autorización de la propiedad para la cesión a terceros.

"La iglesia del convento -por estar consagrada y no haber sido desacralizada- debe destinarse a los fines establecidos por la Iglesia: la adoración, la oración y la celebración de los sacramentos", subrayan.