Aunque la luna en su apogeo no se vio, tapada por las nubes, unos ciento veinte vendimiadores aficionados, acudiendo a la convocatoria anual de la bodega Can Majoral en su viña de la finca de Son Roig, en las afueras de Algaida, cortaron numerosos racimos, bien cargados de granos de uva, el pasado sábado. Una festa de vermar a la posta de sol amenizada por los tambores de una batucada. Participaron familias enteras, con presencia de gente menuda, bajo la dirección de los organizadores, Mirella y Juan Luis Oliver, sin faltar su padre, Andreu Oliver, alma de esta bodega familiar. Sus viñas se libraron el pasado viernes de la granizada, que sí afectó a bodegas de zonas próximas.

"Tenéis que vendimiar por las calles de la viña que os hemos señalado", indicaba a Mirella Oliver, megáfono en mano. En hora y media, más de dos mil quilos de uva de las variedades tintas Syrah y Ull de Llebre fueron llenando numerosos cajones. Como siempre la logística fue perfecta, incluyendo un botiquín. Si bien el uso de tijeras de dominan ya en la vendimia, no faltaron algunos trinxets.

Siguiendo una tradición ancestral, varios voluntarios pisaron la uva tinta recién recogida, junto a la casa de Son Roig, donde después se organizó un sopar a la fresca.