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El vestidor

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Domingo 30: boda en familia

Campanas de boda suenan de nuevo en el clan Rivera Ordóñez, Rivera por extensión, Ordóñez por ampliación, Rivera Pantoja por expansión. La noticia ha venido a animar el panorama rosáceo cuando ya entrábamos en temporada baja matrimonial y solo esperábamos con ansia la confirmación o no de la unión máxima, la de Isabel Preysler y el escribidor. Cayetano se casa con Eva González. Ese pueblo sevillano, natal de la novia, como manda la tradición, verá un desfile de famosos de relumbrón, ya veremos si con chistera o no. Seguramente no, porque Kiko ha confirmado asistencia y se sabe que fue baja en la ceremonia de su hermano mayor porque aquél se empeñó en un dress code británico. Y Kiko es muy producto nacional y, de importar, importa gorras tipo USA, como todo buen dj, y no sombreros de copa. También Julián ha acusado recibo. Así que esta familia, que tiene sus altibajos, volverá a reunirse, como los Thyssen. Porque son hermanos. Francisco, Cayetano, Kiko y Julián. Aunque sean distintos. Parentescos más raros se han visto. Por ejemplo, Benicio del Toro y Rebeca. La de Duro de pelar, a quien una vez se vio pasear arrimada a Fran, por cierto, es prima del actor. Podría ser más dispar. Carmen y Rafa Lomana o los gemelos Matamoros. Pongo por caso.

Lunes 31: la letra

Que Rosa Benito es de súbito cantante es tan cierto como que el hijo de Isabel Pantoja empuña el micrófono. Tan real como que Jesulín fue figura de la canción antes que actor de método. Tan verdad como que el retoño de Ana Obregón y Lequio rapea como un negro y David Bustamante es rapsoda en su tiempo libre. Tan auténtico como que Belén Esteban escribe best-sellers y Jorge Ja es el artista global, muy por delante de Da Vinci. La ex de Amador Mohedano y su adjunta, digo hija, Chayo dan un concierto en el lugar de los hechos, Chipiona. Entona un tema de su cuñada, ¡qué raro! Pero, como las más grandes, digo de Pantoja, cambia la letra y donde dije "se nos rompió el amor de tanto usarlo" digo diego: "Se nos rompió el amor de no usarlo". Y el público benitista estalla en júbilo. Frente al bando mohedanista. También en jubileo, pese a todo.

Martes 1: lectura estival

Una tumbona. Una tumbona junto a una piscina. Una tumbona junto a una piscina en un hotel de Benidorm. Belén Esteban sobre una tumbona junto a una piscina en un hotel de Benidorm. Zoom. La estrella mediática se relaja al sol leyendo. Sí, sí, leyendo. ¿Y qué lee? ¿A Vargas Llosa, a quien cierta modelo seguía mucho aunque sin haber abierto novela suya alguna? ¿El doncel de Don Enrique el doliente, siguiendo el ejemplo de la reina de España? No. Grey, lo último de E.L. James. Zoom. Da la impresión de que la ex del torero da cabezadas. Al menos tiene el ejemplar del derecho. No como Sonia Moldes, que mientras Lequio se exhibía como dios lo trajo al mundo ante un objetivo, ella hojeaba con interés un libro de autoayuda. Al revés.

Miércoles 2: la maldición

Cuenta la leyenda que una gitana maldijo a un antepasado Grimaldi, y predijo que ni él ni sus descendientes hallarían la estabilidad si contraían matrimonio antes de los cincuenta. Y ya ven: la tía Antoinette se casó tres veces, el patriarca perdió a la bella actriz de forma trágica, del historial amoroso de Carolina para qué hablar y el buen ojo de Estefanía para los hombres es proporcional a su buena voz. No hay constancia alguna de un sortilegio similar sobre nuestros Alba. Pero este verano han quedado desparejados -por enésima vez- Eugenia y Cayetano. El resto de hermanos están igual, separados o solteros, excepto Jacobo, que ya vivió un divorcio. También es verdad que lo de la duquesita y el maduro galán ha sido un visto y no visto: 30 días les dan de fecha de caducidad. Pero de esos él se pasó como poco 20 trabajando fuera. Así que, descontando, podrían disputarle el récord a un Alberto Isla, por citar uno. El príncipe monegasco fue el único con vista, el único que burló el maleficio, esperando prudentemente para casarse. Y está feliz como una perdiz. O un palomo. O lo que se lleve allí en la Roca.

Jueves 3: herramienta

"Nacho Vidal, dispuesto a recuperar su pene". Dicho así, aturde, epata, resulta lisérgico. Pero es real como la telerrealidad misma. Cada uno sufre los rigores del naufragio a su manera. El actor porno aireó los efectos secundarios de la cohabitación con Chabelita y compañía: su herramienta de trabajo sufrió una mutación, como si en vez de estar en el islote de Mediaset hubiese morado en la isla del doctor Moreau. Su medio de producción, en lenguaje marxista, reapareció en tierra firme algo encogida, ganchuda. Ha decidido volver a ser quién era y da cuenta religiosamente en su cuaderno de bitácora: "Empezamos con el tratamiento. Espero que esto se arregle pronto", el primer día. "No es divertido y encima es doloroso", el segundo. Todo sea por Marx, Groucho.

Viernes 4: combustión espontánea

Se denomina Combustión Espontánea Humana a ese supuesto fenómeno (supuesto porque la ciencia y la superstición no se ponen de acuerdo y porque Iker Jiménez se marca un especial con el tema en un pis pas) en el que un sujeto termina convertido en cenizas, sin mediación de fuego. Resulta escalofriante y, como se indica, no hay verificación empírica. Pero igual cabría planteárselo. Porque Tori Spelling, la chica pizpireta de Sensación de vivir, la hija del amo de la serie, hace unos meses fue a comer a un asador de Los Ángeles y acabó a la parrilla, como las hamburguesas de la Lomana. Y ahora el Daily Mail publica unas imágenes de la muchacha con la cara despellejada. Según el diario británico, la rubia salía de someterse a un tratamiento en un spa. Los mentideros cuentan que, por 400 dólares de nada, pidió una microdermoabrasión, una exfoliación y que le depilasen las cejas con cera (ella es muy de ceja de hilo, como las divas de antaño). Si nos ceñimos a la literalidad de género del dicho "el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra", una mujer podría quemarse por accidente en una ocasión, pero no reincidir. Así que yo que ella, me lo miraría. Lo de la combustión. Por si acaso.

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