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Historias de Marivent

Dos veranos sin don Juan Carlos

El idilio entre el monarca y su isla de la calma se truncó en 2013, seis décadas después de su primer flechazo. Ha cambiado Mallorca por uno de los destinos más exclusivos de la costa francesa

Don Juan Carlos, en la última audiencia con las autoridades baleares en verano de 2013. M. Mielniezuk

El idilio entre don Juan Carlos y su isla de la calma se prolongó durante seis décadas pero hace dos veranos que el monarca emérito rompió la relación con una isla que le arropó cuando a principios de los 70 no ostentaba la corona y necesitaba cariño popular. Un feo en toda regla. El álbum veraniego del que fue jefe de Estado hasta el año pasado se cierra en 2013, justo cuando Marivent soplaba sus cuatro décadas como residencia real. Pero don Juan Carlos era un enamorado de sa Roqueta desde mucho antes. Hace exactamente 62 agostos que el padre de Felipe VI hollaba por primera vez suelo mallorquín.

Actualmente, el álbum vacacional de la Familia Real no necesita muchas páginas. El calor popular de los años 70, 80 y 90 ha dejado paso a unas breves estancias en el palacio mallorquín a excepción de la Reina Sofía, la más fiel a Mallorca. En 2011, los Borbones brindaron las últimas estampas para el recuerdo de la familia unida y bien avenida: largas jornadas náuticas a bordo de la Somni, El Fortuna también navegó y hubo baile a ritmo de rock de Jaume Anglada de los ahora Reyes con sus hijas pequeñas. Asimismo durante aquel verano, los monarcas eméritos, sus hijos y sus nietos se prodigaron abundantes muestras de afecto durante su semana en Marivent. Otra foto de postal la encontramos en la conmemoración de los 30 años de regatas. Aquella noche de verano de 2011, don Juan Carlos y doña Sofía estuvieron arropados en el Club Náutico de Palma por los entonces Príncipes de Asturias, las infantas Elena y Cristina e Iñaki Urdangarin. También en 2011, el monarca protagonizó su última ceremonia de clausura de la Copa del Rey de Vela entregando a su Bribón el histórico sexto trofeo de su carrera.

En 2012 y 2013 el patrón del teórico descanso estival de don Juan Carlos se repitió: con la llegada del monarca a la isla quedaba convocada para el día siguiente la cena con las autoridades, un banquete que antaño servía para despedir las vacaciones borbónicas en la isla. Las últimas vacaciones del Rey emérito en Mallorca fechan del 5 de agosto de 2013 y se prolongaron durante una semana. En su último verano mallorquín el padre de Felipe VI lució muletas debido a una intervención quirúrgica por una doble hernia discal y una estenosis de canal. En aquella cena para empezar las vacaciones se mostró sonriente y bromista con la prensa. Era su despedida. En 2014 y recién abdicado del trono, decidió dar la espalda a su durante años querida Mallorca. Hubo "excusa": motivos de agenda. Tenía prevista una visita oficial a Bogotá con motivo de la toma de posesión del presidente de Colombia.

Saint-Tropez

Atrás queda aquel rey campechano que encontraba su calma en aguas mallorquinas. Don Juan Carlos disfruta de los veranos isleños desde los 15 años. Son muchos años de relación, pero ahora, que ya se ha jubilado, sa roqueta no entra en sus planes estivales.

Ha cambiado la finca de 33.000 metros cuadrados de Cala Major y con vistas a la bahía de Palma por uno de los destinos más exclusivos de la costa azul francesa, Saint-Tropez, un lugar muy frecuentado por la realeza durante el parón estival.

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