Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reflexión

Cerrar ciclos

Eso no es una crítica. No lo pretende ni puede serlo. Criticar una de las voces más importantes de la lírica actual puede ser muy difícil o muy fácil, según se mire. El comentarista puede optar por encumbrar al solista y seguro que quedará bien, pero también puede decidir poner pegas y resaltar esos segundos de duda que todo ser humano, por serlo, tiene.

Pero no, el público también manda. Puesto en pie, pidiendo bises después de tres horas de entrega musical absoluta, demuestran cómo fue el concierto que ha cerrado esa temporada del veinticinco aniversario de nuestra Orquestra. Una sesión completísima, de lujo, así sin reservas.

Juan Diego Flórez llegó, venció y convenció, igual que su pareja musical la soprano egipcia Fatma Said, todo un descubrimiento. Parabienes a los dos pero también a nuestra orquesta, sin ella y sin los contactos de su director Pablo Mielgo no hubiera sido posible ese magno recital en la Sala Magna, lugar exquisito sin duda.

Son palabras de un amigo y experto justo después del recital: "Desde Kraus no había oído cantar mejor. Juan D. Flórez tiene una voz hermosísima, quizás falta de volumen pero el suficiente para calificarlo de excelso".

Con esa velada, que tuvo sus momentos folclóricos en los bises, se cierra un ciclo, o varios ciclos. Por una parte se cierran las celebraciones de las bodas de plata de la formación. Por otra se cierra el ciclo de verano que empezó con las Labèque en Bellver. Y finalmente es de esperar que se cierre un ciclo en la gestión de la Fundación/ Consorcio/Fundación.

Durante esos últimos cuatro años la Orquestra ha vivido momentos de tensión. Dificultades económicas y artísticas. Idas y venidas de directores así como idas y venidas presupuestarias. Es de esperar que esas convulsiones terminen de una vez.

El gerente, que en algunos momentos incluso gestionó con aprobado, está de baja desde hace meses y sin aparecer. Eso no es bueno para la formación. El gerente debe dar señales de vida: a los músicos, a los artistas, al personal administrativo y al público. Sé de qué hablo. La gerencia no está solamente para resolver la parte económica, que también. Está para gestionar, sí, pero también para dar vida, para dinamizar, para liderar incluso. Su ausencia no tan solo no aporta sino que frena. La dirección artística junto con la gerencia forma un tándem muy necesario. Los músicos deben confiar en una y en la otra. Deben poder acudir a ellas para que funcione el día a día. Y, repito, sé de qué hablo.

Enhorabuena a nuestros músicos, al equipo artístico y de producción de la orquesta y semáforo rojo a una gerencia que, hoy por hoy, no está ni se le espera.

Orquestra Simfònica de Balears

Juan Diego Flórez, tenor

Fatma Said, soprano

Pablo Mielgo, director

Auditòrium de Palma

09-80-15

Compartir el artículo

stats