Nostalgia, tristeza, melancolía o alegría son los recuerdos que produce el paso del tiempo sobre las personas. Para Adolfo Villarroya lo único que le queda ahora son montones de recuerdos, fotografías y anécdotas de su época como miembro del grupo de franciscanos Los 4 de Asís.

El origen del conjunto se remonta a 1965 en el Convento de Sant Francesc. En el templo coincidieron Adolfo Villarroya, Francisco Escanellas, Marcelino Aguilar y Toni Mulet y decidieron crear el cuarteto por la "tradición musical que había en los franciscanos de Mallorca".

Para el que fuera cantante de Los 4 de Asís la música en el ámbito religioso es importante. Por ello, las melodías se fueron colando poco a poco en las liturgias con la intención de acercarse a las nuevas generaciones. Asimismo, cada vez había más religiosos que se dedicaban a cantar como el sacerdote Aimé Duval o Sor Núria.

Villarroya habla de la música como si fuera su única forma de vida ya que es una de sus grandes pasiones. Se sincera y comenta que lo más importante en el mundo de la canción es el compromiso y la imaginación a la hora de componer. "En la actualidad hay poca creatividad y lo único que cuenta es el consumismo", espeta. Además, para él la música "va más a las emociones que a la razón" y es un lenguaje universal que nunca va a morir.

Para una persona que ha sido artista en la época de los vinilos, le parece raro convivir con el formato digital pero asegura que es ley de vida. Los tiempos van cambiando y la tecnología avanza. Para Villarroya la técnica es increíble ya que "te permite que las cosas lleguen a cualquier parte del mundo sin problemas". El exmiembro del conjunto no oculta su felicidad al ver que si realizas una búsqueda en internet, su grupo sale.

Hace pocos días que se celebraron 50 años del primer recital de Los 4 de Asís en el Festival de La Nova Cançó en La Bitácora. Pero todo tiene un fin y en este caso llegó a los 6 años de su fundación. "Poco a poco fuimos dejando el grupo", sentencia Villarroya.

50 años no es nada en el corazón y en la memoria de una persona que vive enamorado de la música. Ahora la nostalgía se apodera de él al recordar y ver los recuerdos de aquella etapa tan dulce y feliz de su vida. ¡Qué tiempos aquellos!, debe pensar.