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El vestidor

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Domingo 5: la perla de Manila

Manila fue un día la perla de Oriente. Y ella, la perla de Manila. Tan internacional como las de Manacor. El Daily Mail reza "Novelista ganador del Premio Nobel deja a su mujer desde hace 50 años por la madre de 64 años de Enrique Iglesias, apodada la perla de Manila". Noticia de alcance internacional. Primera maldad: la innecesariedad del dato de la edad, como si las sirenas, o los ángeles, o las divas o las estatuas marmóreas la tuvieran.

Segunda villanía: la madre de. ¿Desde cuándo es la Preysler la madre de nadie? Ahora que peor le habrá sentado a Julio, el patriarca, el campeón, el hijo del doctor Iglesias Puga, el papá de Enrique, el que caza drones al vuelo. Retrocedamos, vayamos al principio: novelista ganador, sin Mario ni Vargas ni Llosa, el excasisuegro de Genoveva Casanova si nos ponemos en ese plan. Y deja-a-su-mujer-desde-hace; estos del Mail se nota de parte de quién están, de la despechada. La perla ya venía nacarada de Filipinas, así la llamaban allí. Aquí, antes de ser la reina de corazones, o la marquesa, etc, se la conocía por la china. Se lo puso la madre de Julito. Ya se ve que la quería bien. La muy suegra.

Lunes 6: en el recuerdo

A estas alturas, la heredera universal de Marujita, su sobrina, será la nueva titular del mogollón de joyones que acumulaba la mujer. Charcutería fina, los llamaba ella, y los exhibía ante Jorge Javier, cuando ya no le quedaba otra cosa que vender, ni yogurcitos, ni cruceros con Parada, ni pedicura troglodítica. Eso sí, escoltada por dos gorilas que le hacían de guardaespaldas. Una vez le llevaron a un experto en trufianes que se la dan con queso a sus queridas y, en vez de rubíes, les colocan un pedrusco. Y el gemólogo certificó el tesoro que acumulaba la artista. A la sobrina es difícil imaginarla con semejante quincallería encima. Pasa como con Sara. Estas mujeres son difíciles de heredar. Competían en excesos. En materia de cubanos le ganó Maru a Saritísima, eso sí, la mano. Dinio es mucho Dinio.

Martes 7: abuela

La primera vez se enteró de que iba a ser abuela por una ecografía, defendida a puntapiés y bolsazos, en rigurosa exclusiva. El alumbramiento la sorprendió sentada en el banquillo. La segunda ocasión la noticia la tuvo que compartir, vía comunicado noctámbulo al filo de la medianoche, para hacerla coincidir con la mayoría de edad de la futura madre, en miras de evitar que la criatura, la niña de sus ojos, se convirtiera en carne de paparazzi. Y mírenla ahora. La tercera nueva se le tuvo que ser participada en un vis a vis y ampliada a posteriori a través de las redes sociales, la pequeña pantalla o las revistas del corazón. Si es que en Alcalá de Guadaíra tienen de todo. Pregúntenle a la directora del presidio. Y verán.

Miércoles 8: primarias

Lo hizo Gabo en Vivir para contarla. Paul Auster escribió su Diario de invierno y Eco, las Confesiones de un Joven Novelista. Amos Oz lo llamó Una historia de amor y oscuridad. Y Pavese, simplemente, El Oficio de vivir. Más próximo, quizá, el Diario de un seductor de Kierkegaard. O Mario Vargas Llosa, que se ha autobiografiado en varias ocasiones. Las más recientes, y las futuribles, en el papel cuché. Teníamos los recuerdos vívidos de Ana Obregón, o el diario de a bordo del tigre de Ambiciones, Humberto Janeiro. Faltaba él.

Amador Mohedano deja para la posteridad sus memorias, capítulo a capítulo folletinesco. Y, claro, fiel a los principios del género, conocedor de los entresijos del showbussiness como hacedor de esa estrella rutilante que es su Chayo, no hay recuerdo sin escándalo. Así que arremete contra quien le pongan delante. Sobre todo contra su exseñora. Qué fácil hacer leña del árbol caído.

Esa madre de familia, peluquera que fuera de la más grande, que se vino arriba, ganó un reality, se divorció, se creyó princesa del pueblo. "No volvería con Rosa, salvo si me hicieran una lobotomía", escribe el autor. Ganas de dar ideas.

Jueves 9: los hombres importantes

La finísima Carmen Lomana, que no deja las perlas ni para chupar raspas de pescado, se lleva tan bien con su hermano como Caín y Abel, los Rivera, los Pantoja, o los Ortega y los Jurado. A estos dos, que compartieron juegos en la infancia y supervivencia en la madurez, lo que sin embargo les une son los platós y las revistas. Rafa cuenta de su misma sangre que lo que Carmen ha querido siempre, toda la vida de Dios, ha sido ser como la Preysler. Y se ha quedado, añade todo fraternidad, en "caricatura ". Según su relato, Lomana ha estado con hombres muy relevantes de este país, pero a escondidas. Ahí radica, a su modo de ver, la diferencia: a Isabel "la lucen con orgullo". Al menos, con Leticia Sabater sí coincide. Salvo en alguna cosa, que diría Rajoy.

Viernes 10: bien avenidos

¿Qué hacían juntos dos hombres que han marcado la política internacional -cada uno desde un ámbito distinto- de este país? ¿De qué hablaban en un aparte? ¿de diplomacia? ¿de abdominales? ¿A Colate, el exmarido de la chica dorada y mexicana Paulina Rubio, y a José Mari Aznar se les vio departir como buenos amigos, como colegas, en una boda de postín. ¿De qué hablaban? Dejaremos caer algunas (malévolas) ideas. Uno, tiempo atrás, a finales de 2011, la revista QMD se chivó de que Nicolás acabó a lo grande la boda de José María Aznar Jr. Y eso que no fue con Pau. Vayan a saber si de aquellos polvos no vinieron estos lodos. Dos, el acento texano exhibido en recordada situación histórica por parte del entonces presidente del Gobierno bien podría aproximarse al deje del hermano de Samantha Vallejo-Nájera. Tres, posiblemente compartían interés por los últimos ecos de Miami. Nada de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, sino aquello que está en boca de todos, el nuevo novio de Nacho Polo. Que es como el difunto bipartidismo. O te nachopolizas o te victorsandovalizas.

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