Se percibe que en las ferias madrileñas están soplando vientos favorables para los galeristas mallorquines porque cuando hablas con ellos ya es posible colgar el teléfono sabiendo con bastante precisión cuáles han sido sus ventas. Su discurso ya no es impresionista como lo fue durante el ciclo de la crisis y ahora otra vez se pueda hablar en plata (2+2=4) con nuestros marchantes sin necesidad de practicar la espeleología en sus palabras. El optimismo se materializa sí o sí. Y lo que llama más la atención es la reconciliación con el coleccionista español privado, que ha dado el do de pecho en esta semana de arte como el caracol que saca los cuernos al sol. Además, creo que es necesario ese discurso más claro y transparente por parte de los vendedores y agentes de los artistas. ¿Por qué? Pues por el simple motivo de que comprar arte no está normalizado ni en España ni en la isla. Ni siquiera es un tema de conversación. Convenimos en que no es un tema de barra de bar, pero sí pensamos que debería ser un asunto de debate más o menos frecuente en un segmento de población educado y con estudios. Por eso, creo que es positivo que los galeristas hablen con normalidad de las obras que han vendido, unas ventas que permitirán a los artistas continuar la producción y desarrollo de sus carreras. Vuelven los tiempos de la pedagogía y acercamiento a la sociedad. El arte ya no debe ser esa entelequia fría que respira a lo lejos.
En ARCO, todas las galerías isleñas han colgado puntos rojos. Los datos que leerán aquí son de hasta ayer a mediodía. Veamos algunos ejemplos: Xavier Fiol ha vendido a una fundación institucional alemana toda la edición (en total son tres) de una caja de luz de la artista peruana Cecilia Paredes, cuyas fotografías también encontraron comprador, además de una escultura de Santiago Villanueva a una colección privada catalana y otra pieza de Herbert Hamak a unos coleccionistas suizos. También está cerrando un intercambio de artistas con Alemania y estableciendo contactos con coleccionistas de Bolivia en aras de su desembarco en una feria de Lima. Jero Martínez (Maior) también está animada con su apuesta de exhibir piezas de gran formato en Ifema. Una escultura de Amador viaja a Alemania, un cuadro de Broto se queda en Madrid, otra pieza de Joan Cortés y un gordillo también han sido objeto de deseo para dos coleccionistas nacionales. En ARCO también se le está abriendo la posibilidad de colaborar con una galería suiza y otra de Buenos Aires. Pep Pinya (muy bien sus palabras en la entrega de los Premios Ramon Llull reclamando una Ley de Mecenazgo y arremetiendo contra el draconiano 21% de IVA) relata desde Pelaires que la llamativa escultura de Guillermo Rubí creada con el motor de un avión pasará a formar parte de una colección privada española. Las nuevas pinturas negras de Amparo Sard también se estrenaron en el apartado de ventas y las piezas de Rebecca Horn están a punto de engrosar otra colección alemana. El joven fichaje Rafa Munárriz „a quien le han propuesto estos días exponer en el Museo de la ONCE„ también vendió una pieza. Nos cuentan que al poético guillem nadal del expositor le ha echado el ojo la esposa del embajador de Colombia. Doce piezas son las que de momento ha vendido Óscar Florit de Louis 21, repartidas en colecciones nacionales e internacionales, sobre todo europeas. También está cerrando exposiciones para sus artistas en Chile, Buenos Aires o Londres. Un nivel similar de ventas es el que ha registrado Horrach Moyà, para quien la feria de 2015 es similar a la del año pasado. Dos bancos internacionales le han comprado la pieza central de Sylvie Fleury y una pintura de Muntean & Rosenblum. Una obra de Susy Gómez se va a una gran colección privada y Jorge Mayet se divide entre compradores de Colombia y Portugal. Una obra de Girbent (que expondrá en Galicia en septiembre del año que viene) se quedará en Madrid y Joana Vasconcelos es reclamada por amantes del arte suizos y vieneses. Juan Antonio Horrach confirma "un pequeño ascenso del mercado español". Desde la Kewenig, confirman ventas a coleccionistas nacionales, italianos y portugueses de obras de Pedro Cabrita Reis, Bernardí Roig, Marcelo Viquez, Kounellis o Bertrand Lavier, entre otros.
Desde la emergente JUSTMAD, también llegan las mismas sensaciones. Tomeu Simonet de Addaya ha vendido dos piezas de El mundo de los vencedores de Ignasi Prat a la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y a un coleccionista privado español. Y en la Fran Reus un coleccionista de Portugal ha adquirido dibujos de Nauzet Mayor, y un comprador mallorquín y otro madrileño han optado por dos vídeos de Bartomeu Sastre. La palmesana galería Veintinueve lo ha vendido todo de dos dibujantes colombianos: Andrés Londoño e Iván Rickenmann.
En ARTMADRID, la Vanrell está cerrando varias piezas apalabras y la recién inaugurada del ya conocido Pep Llabrés se ha estrenado con la venta de dos obras y una instalación de Robert Ferrer i Martorell.
La nota menos positiva es para el stand del Govern. En la foto que acompaña este artículo, puede verse una imagen del expositor en ARCO con una pantalla informativa e interactiva fundida a negro y con las palabras "Windows Error".
