Los juegos del hambre ***. Nacionalidad: Estados Unidos, 123 minutos Director: Francis Lawrence Actores: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Donald Sutherland. Cines: Rivoli, Ocimax, Porto Pi, Cinesa Festival Park y Multicines Manacor
La primera parte de la parte final de Los juegos del hambre, como en su equivalente de El Hobbit, son dos horas de calentamiento, de salivación para la esperada traca final. La entrega anterior (En llamas) se había quedado en que se gestaba una rebelión contra la dictadura del presidente Snow (Donald Sutherland). La continuación actual muestra el proceso para que la protagonista (Lawrence) se implique en esa lucha, cual Juana de Arco o, mejor, la heroína de la liberación de la Bastilla. En jerga guerrera, se trata de concienciarse, afilar las armas, entrenar y motivarse a tope ante la futura madre de todas las batallas. Los espectadores que desean acción inmediata se sentirán algo frustrados, ya que ésta se limita a tres momentos, la visita a otro distrito, soportar un bombardeo del dictador y una acción de comando. El resto del filme es drama psicológico, la conversión de la protagonista en emblema de la rebelión. Ella, como alma sensible que es, pasa por momentos de dudas, añoranza amorosa y rabia. La (una vez más) gran actuación de Jennifer Lawrence, él (una vez más) sólido paraguas de los actores adultos (Sutherland, Moore, Harrelson o el añorado Seymour Hoffmann) y la excelente factura son los puntos fuertes de este filme. Flojea una vez más en las ráfagas esporádicas de manual de autoayuda, un militarismo larvado (la escena del comando recuerda a la captura de Bin Laden) y la actuación de los actores masculinos jóvenes. Con todo, y al contrario que el filme de Peter Jackson, se justifica el precio de la entrada.
